Mueren dos inocentes | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Junio de 2022

En las corralejas y corridas de toros es bastante frecuente que ocurran tragedias como la sucedida el pasado domingo en el Espinal (Tolima), tras la caída de una parte de la estructura de guadua y madera de la improvisada corraleja, resultaron muertas cuatro personas, tres adultos y un bebé de 14 meses, unas trescientas personas heridas, entre ellas veintisiete menores. La eterna tragedia se repite sin que el Congreso de la República prohíba ese tipo de espectáculos crueles, injustificados.

El cuadro muestra de manera aterradora la miseria, indolencia y crueldad animal y humana juntas; el toro cenizo en el ruedo desesperado a más no poder con su pierna rota, experimentando intenso dolor mientras la horda lo persigue con cuchillos, en su desespero sacude su pierna como tratando de armarla para salir corriendo con propiedad, era consciente de que su suerte estaba echada, murió a manos de innumerables puñaladas de los injustos e inconscientes que no pusieron fin a su crueldad hasta ver la sangre brotar a borbotones, ni siquiera los detuvo la tragedia que ocurría en los palcos que se derrumbaban dejando cerca de trescientas víctimas, cuatro muertos, uno de ellos un niño de solo catorce meses.

Todas las víctimas merecen respeto y consideración, a ellas y a sus familiares nuestra solidaridad. Detengámonos en los veintisiete menores heridos, el niño fallecido y en el toro acribillado, inocentes afectados por la falta de autoridad y consideración, al menos por su tragedia deben responder el alcalde Juan Carlos Tamayo Salas y parte de su gabinete encargado de dar permisos y omitir la salvaguarda de los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes y no morigerar las conductas crueles en estos espectáculos, los testimonios dejan claro que el toro ingresó al ruedo con la pierna rota y que las medidas de control y seguridad brillaban por su ausencia.

Ese alcalde, en estricto derecho, debe ser investigado penal y disciplinariamente, la Procuraduría General de la Nación tiene la competencia y la facultad para suspenderlo de su cargo ¿Qué hace un niño de catorce meses en tremenda ordalía? ¿Qué dejaron de hacer las autoridades municipales para que al menos veintiocho niños, niñas y adolescentes ingresaran a la corraleja en un ambiente donde el licor corría a raudales y con una infraestructura que evidentemente ponía en riesgo su integridad? ¿Por qué las autoridades permitieron que un toro fracturado fuera utilizado para semejante carnicería? ¿Cuánto maltrato y sufrimiento debió soportar ese toro para llegar en esas condiciones al ruedo? ¿Dónde estaban las autoridades?

Un justo y legítimo homenaje a la memoria de ese niño y ese toro cenizo por parte de los Senadores y Representantes a la Cámara, que se posesionarán el próximo 20 de julio, debe ser acompañar positivamente el proyecto de ley que radicará la senadora Andrea Padilla una vez posesionada y que tiene por objeto prohibir, de una vez para siempre, este tipo de prácticas crueles ¡no más muertes injustas de inocentes!

@domingoanimal, luisdomingosim@gmail.com