Navidad: luz en tormenta | El Nuevo Siglo
Domingo, 22 de Diciembre de 2024

El 2024 no ha sido un año fácil. Se ha puesto de manera reiterada la representación de los antivalores y el sin sentido. Cada semana que pasa se evidencian más escándalos y la profundización del desgobierno.

La desesperanza aflora en la mente y la cotidianidad de los colombianos. No vemos norte, ni puerto de llegada. Estamos viviendo en medio de una tormenta constante.

Frente a todo este preocupante devenir, llega la navidad a invitarnos a una reflexión que puede vivirse en tres dimensiones: la personal, la familiar y la comunitaria y social.

Colombia, un país donde miles de familias enfrentan retos como la pobreza, la necesidad de generar ingresos y con la violencia en aumento, se transforma con la navidad, como espacio para la reflexión, la renovación de la esperanza y para muchos, la reconciliación.

La fe y la espiritualidad son refugios esenciales en momentos de dificultad. Celebrada con novenas y villancicos, alrededor del pesebre, la Navidad es una oportunidad para reencontrarse con valores como la dulzura, la tolerancia, la esperanza y la alegría, manteniendo viva nuestra identidad y estrechando lazos de unión.

La novena de aguinaldos, tradición arraigada, ilustra cómo la fe une corazones. Encontrarse para orar, cantar y compartir en comunidad crea espacios donde las diferencias se diluyen. En estas reuniones se recibe el consuelo y se reafirma el propósito mayor que trasciende las preocupaciones diarias. En cada oración hay una reafirmación de que, pese a las dificultades, siempre existe la posibilidad de un devenir mejor.

No es casualidad que muchos colombianos encuentren en la navidad una oportunidad para sanar heridas emocionales. La espiritualidad ofrece un lenguaje para expresar sentimientos, reflexionar sobre errores, sanar heridas y perdonar. En el entorno donde los conflictos o diferencias familiares son inevitables, la navidad brinda momentos y reflexiones para unir y restaurar.

En muchas familias, esos momentos navideños promueven conversaciones que cierran ciclos y sanan relaciones. Con su mensaje de amor y unidad, la navidad inspira a muchos a dar el primer paso hacia la reconciliación.

Nuestro país, marcado por la violencia, por la polarización, por el odio que siembran algunos, la reconciliación no es solo un acto al interior de cada individuo, también es un paso a la esperanza colectiva. Las celebraciones navideñas, en muchas comunidades, se convierten en escenarios para promover la convivencia pacífica y la comprensión.

La reconciliación también impacta positivamente a niñas y niños, quienes suelen ser los más afectados por los conflictos familiares. Ver a los mayores tomar pasos hacia el perdón y la tolerancia, les acerca a los valores. En este sentido, la navidad es una oportunidad para construir un mejor presente, desde el interior de las familias.

Esta navidad de 2024 cobra un significado especial. Tras un año lleno de retos y aprendizajes, es el momento de hacer una pausa, mirar hacia adentro y valorar lo que realmente importa. Es una invitación a crecer, a acercarse al perdón con amor y transformar relaciones para darles un nuevo sentido.

Que este tiempo sea una oportunidad para fortalecer el amor propio, los lazos familiares, inspirarse en la fe y sembrar reconciliación. Bienvenida una temporada significativa de amor, reflexión y esperanza compartida.