Con razón Feliciano, un líder indígena, le dijo al ex vicepresidente Humberto De La Calle, cuando fungía como Coordinador del equipo negociador con las Farc, que “Bogotá está muy lejos de Colombia”, para referirse a esa Colombia profunda, en donde no ha existido ni Estado ni mercado y que sólo ahora, con el cese del conflicto armado con las Farc empiezan a tener visibilidad ante el resto de los colombianos, con sus penurias y sus falencias. Pero, como bien dijo el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, “el modelo centralista en el que unos funcionarios aterrizan como unos marcianos entre las comunidades para ´traer el Estado´ se quedó sin oxígeno”.
Aunque la Constitución política establece en su artículo 13 que “todas las personas nacen libres e iguales ante la Ley”, ello en la práctica no se cumple, dado que no todos los colombianos, no todas las regiones, arrancan de la misma grilla de partida, porque llegan a ella rezagados en la pole position. Y el principal factor que contribuye a ello es la falta de cobertura y calidad en la educación. De allí la imperiosa necesidad de implementar un programa encaminado a corregir lo que yo prefiero llamar desigualdad de trayectoria. Por ello, además del cierre de brechas contemplado en el Plan de Desarrollo, se deben tomar las medidas necesarias para nivelar la cancha de juego.
Ahora que las regiones se están constituyendo como RAP, ya son tres, la de la región Caribe la última de ellas, es la oportunidad para trabajar por la convergencia económica y social de las regiones, objetivo este que ha sido tan esquivo. Tal convergencia no se dará nunca por generación espontánea, tiene que ser un objetivo explícito de la política pública. A ello habrán de contribuir los planes de desarrollo regional, así como lo planes de inversión regional anejos a aquellos, que habrán de insertarse en el Plan General de Desarrollo, tal como lo dispone la Ley orgánica de Planeación.
Esta será la oportunidad, también, para retomar los planes regionales de competitividad y la Agenda Interna para la Competitividad, ello es tanto más urgente después que se conocieron los resultados adversos que registra el último reporte del Foro Económico Mundial. Según este Colombia bajó 5 puntos con respecto al reporte anterior. Y bien ha dicho Michael Porter que “la prosperidad es el resultado de ser competitivo” y añadimos nosotros que ningún país puede llegar a ser más competitivo si sus regiones no avanzan en materia de competitividad.
Colombia espera recibir importantes dividendos por cuenta de la paz y uno de ellos es elevar el crecimiento potencial de la economía nacional, que ha caído en los últimos años un punto porcentual, según Anif, al pasar del 4.5% al 3.5%. Bien dijo la Secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcenas, “hay que crecer para igualar e igualar para crecer”. ¡Esta debe ser la consigna!
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*Miembro de Número de la ACCE