Los enredos en el mundo crecen, la guerra se propaga, el enfrentamiento de Israel con los terroristas y Hamas, al cual le ha infringido serios golpes con la muerte de sus principales dirigentes, aparece el protagonismo de yemenitas apoyados por Irán que atacan barcos en el mar Rojo y después de más de dos años de guerra de Rusia y Ucrania, se anuncia que el régimen totalitario de Corea del Norte desplaza a miles de soldados en apoyo a las fuerzas de Putin.

Es evidente, luego de entrevistas con Kim Jong Un y de la suscripción de convenios, la intensificación de la asociación militar que preocupa no solamente a los Estados Unidos, a Europa, sino también a China. El presidente Zelenski de Ucrania dice que dispone de información de inteligencia sobre el entrenamiento en Rusia de dos unidades militares, de seis mil efectivos cada una, para actuar en su país.

El mandatario envió un mensaje a las tropas de Kim Jong Un, “nos dirigimos a los soldados del Ejército Popular de Corea que han sido enviados a ayudar al régimen de Putin, no deben morir sin sentido en tierra de otros” les anima a rendirse, ofrece comida y alojamiento, señala que los campos de prisioneros de guerra ucranianos están preparados para recibir soldados de cualquier nacionalidad, religión o ideología.

El panorama desconcierta, máxime cuando las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur adquieren bajo nivel y crece la provocación a la última con la remisión permanente de basura toxica.

Al recalentamiento, al deterioro del medio ambiente, a la contaminación de aire, tierras y mares, a los desastres naturales, al cambio climático, se suma la irracionalidad de dirigentes sectarios. Somos la primera generación que recibe directamente los efectos de la alteración del clima y de la biosfera, pero igualmente la última que puede hacer algo al respecto.  El pequeñísimo punto en el universo que significa el mundo se encuentra en peligro de extinción sin que la Organización de Naciones Unidas consiga la adopción de estrategias que eviten la catástrofe total. Triste registro de acumulación de rencores, de intereses injustos, de creencias absurdas, de desconocimiento de derechos, del respeto por la vida, del deterioro de la civilización, pero en eso nos hallamos.

Coda: Se ha publicado el libro “Sin Pelos en la Lengua” del arquitecto Jorge Enrique Robledo, durante veinte años senador, reconocido intelectual que en 1997 ganó la bienal colombiana de Arquitectura en la categoría de Teoría, Historia y Crítica. Tras cincuenta y tres años de participación política contribuye a construir el futuro. Sin conocerlo personalmente seguí de cerca sus debates parlamentarios coherentes y serios. En una Nación donde la mediocridad cunde y el clientelismo está adueñado del poder, es oportuna la expresión de ideas y conceptos por parte de compatriotas respetables. El exsenador Robledo opina, con conocimiento de causa, que “Gustavo Petro es un pésimo presidente y rey de los cañazos”.