ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 6 de Mayo de 2014

Reino animal

 

No paran escaramuzas personales llenas de odio, fobia y pésimo ejemplo para la sociedad. Mal momento para formación de cultura política. En lugar de tocar temas sensibles y sacar a flote espinosos asuntos ineludibles como la reforma tributaria que comenzará a abrirse paso el segundo semestre de este año, dignatarios a primera magistratura prefieren ofensas y rechiflas ciudadanas.

Mientras Colombia asiste al drama rutinario de mineros muertos en explotaciones ilegales, a un nuevo paro agrario con ingredientes que cuentan y otros políticos, amenaza de nuevo ciclo de fuerte verano que podría causar racionamientos de energía y daño en cosechas, candidatos a la Presidencia optan por refutarse entre sí, contradecirse y dejar sus propuestas a orillas.

Del sonado caso limítrofe con Nicaragua sobre aguas territoriales, solo dicen si la prensa los interroga. Nada de sus cosechas. En relación con futuras relaciones Colombia-Venezuela, ni una palabra. Sobre el caos en frontera, nada. Sobre el creciente contrabando en aeropuertos, principalmente en Eldorado, ni una mención.

Infraestructura, otro espinoso asunto bien caro a intereses nacionales, no he sabido nada de aspirantes a la Presidencia. Éste será un tema que tendremos que abordar en próximas entrevistas los periodistas. Significa entonces que quienes compiten hoy por elecciones del 25 de mayo no plantean soluciones de fondo a líos nacionales apremiantes. Más bien se han vuelto contestatarios entre sí, opositores acérrimos, críticos ácidos, sin dar lugar a discusiones amistosas.

El próximo 7 de agosto iniciará un nuevo Gobierno con Santos o sin él. La Nación urge conocer fórmulas que recetarán sus candidatos para darles nuevas esperanzas a colombianos: seguridad, movilidad, empleo, salud, educación, vivienda, acceso al microcrédito, infraestructura, agua potable, servicios bancarios, Internet, y sometimiento de la delincuencia, guerrilla y corrupción.

Es preciso hacer énfasis en la responsabilidad histórica que tienen aspirantes a la Jefatura del Estado, pues el país deberá enfrentar compromisos ineludibles y de transformación institucional si queremos despegarnos de flacos crecimientos económicos y raquítico desarrollo social. No es sano además transmitir sentimientos de incertidumbre y desconfianza a la comunidad. A las gentes de pueblos, del campo, de ciudades y poblaciones olvidadas por el Estado hay que llevarles mensajes de optimismo sobre su porvenir.

En lugar de ir refutando las tesis del otro, candidatos deberían aterrizar propuestas y sintonizarse con necesidades nacionales. En vez de ir como jauría de leones al acecho de la presa en jungla de discordias, candidatos deberían estar con ánimo sereno y espíritu abierto al diálogo, solidaridad y respeto por el elector. Tan claras y objetivas sean sus propuestas de Gobierno, más posibilidades de ganar. Mejor socializar ideas que trinar agresiones mutuas como en el reino animal.