Orlando Cano Vallejo | El Nuevo Siglo
Martes, 3 de Marzo de 2015

Va a doler

 

El año pasado anticipamos en El Nuevo Siglo que era ineludible el trámite de una nueva reforma tributaria con el rótulo de estructural. Señalamos en esta columna que el Gobierno del presidente Santos se la jugaría a fondo por cambios audaces al actual régimen impositivo. Advertimos que vendría una reforma dura y costosa. Que sería un hueso duro de roer para empresas y contribuyentes en general. Buscará no menos de $ 8 billones. Que por más estructural que sea, tendrá rectificaciones, cambios, tarifas, ajustes y anuncios que costarán plata.

Habíamos dicho que el país no puede seguir aguantando una reforma fiscal cada año. Que los inversionistas no están contentos con la inestabilidad en el frente fiscal. Que una reforma tributaria por año espanta inversión y aplaza proyectos empresariales. Hace que quienes miren a Colombia, finalmente opten por llevar sus capitales a otros países con mayor certidumbre fiscal.

Informamos sobre la posición del exministro de Hacienda, Guillermo Perry, hoy miembro de la comisión encargada de armar la reforma tributaria estructural. Perry dijo a este cronista que no entendía cómo el país había aguantado tantos años de cambios en su universo tributario, y peor aún, cómo contribuyentes y declarantes habían soportado tanta incertidumbre e inseguridad en reglas de juego. Aseguró que Colombia urge una reforma de fondo a los impuestos, haciendo más sencillo y fácil el lenguaje tributario, evitando arandelas, gabelas y distorsiones.

Llamó la atención sobre la necesidad de un esquema tributario que guarde equidad, combata evasión, elusión y logre el recaudo de impuestos por concepto de capitales no declarados hoy en el exterior. A Perry le gusta que el país reacomode su régimen impositivo a necesidades y potencialidades de su economía. Menos dispersión, simplificar y no generar incertidumbre entre empresarios. Es partidario de trancar evasión de impuestos y enfatiza que quienes deban pagar o declarar, lo hagan.

El exministro es un conocedor de lo bueno, lo malo y lo feo del sistema tributario colombiano. Amigo de una reforma, pero estructural que corrija distorsiones y armonice tarifas. Está en buenas manos laComisión de nueve Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria.

Frente al descuadre presupuestal del Gobierno que lo ha forzado a un nuevo apretón fiscal por $ 6 billones, congelar nómina oficial, suprimir o fusionar entidades, rebajar pagos por prestación de servicios y reducir viajes y viáticos, el ejecutivo deberá afinar una reforma tributaria que necesariamente toque tarifas. Renta, dividendos e IVA, tendrían atención especial de los miembros de dicha comisión técnica.

No debemos ser ilusos e inocentes. Sí habrá ajuste en tarifas y muy seguramente los empresarios van a ser invitados a concertar con el Gobierno los términos de la reforma.