Oro, escoria y odio | El Nuevo Siglo
Jueves, 27 de Enero de 2022

Lo grave es que la gente nueva, la juventud, ha heredado las enseñanzas del uribismo, partido que nació con buenos propósitos, pero incierto futuro. Era necesario sembrar la discordia, la escisión y el cisma, que partiera en mil pedazos -trizas- cuanto oliera a cordialidad, o convivencia. ¿Con cuál objetivo?: averígüelo Vargas.

Traigo a colación el oro y la escoria que entronizó el expresidente Laureano Gómez durante sus disputas con su copartidario Mariano Ospina. La escoria de entonces era el ospinismo.

Los buenos y los malos han pasado con todos los epítetos, cuando hay que herir o descalificar a alguien o algún grupo o movimiento.

Las ovejas no han escapado, a las blancas las separan de los desacreditados lobos, que depositan en el redil de los perdedores.

En esta campaña, en la cual se han conformado coaliciones de extremas y centros, se juntan oros y escorias, lobos y ovejas, para ir descalificando a los que tienen más opciones.

Las primeras escorias del CD han sido marginadas y en el Equipo Colombia las han expulsado. La Esperanza hasta hora calienta el oro. Allí llegó Ingrid Betancourt y armó la algarabía. Le siguió la cuerda Fajardo para prohibirle a Alejando Gaviria juntarse con Germán Varón, que aún está en Cambio Radical.

Aparentemente tienen razón, pues de todos es conocido el papel que ese movimiento ha jugado durante todo el gobierno Duque. Se ha prestado para que pasen muchos proyectos que lesionan los intereses del pueblo. Se dice que se hastió de la mermelada, moneda corriente del gobierno para, junto con el uribismo, entronizar leyes no muy santas.

Ingrid considera que los partidos obsecuentes y sus dirigentes no pueden ingresar al Centro de la Esperanza, mientras que Fajardo insiste en que cualquier persona que se les agrupe, debe ofrecer total confianza. Esa confianza no equivale a pensar igual, pero si a abandonar el movimiento del que tanto se beneficiaron.

Pero no solo allí están el oro y la escoria, Pastrana que vistió de azul en el salón Rojo del Tequendama, impartió su bendición al candidato conservador David Barguil. Y no perdió su oportunidad para fustigar una vez más a los lobos: Gaviria -César-, Santos y Samper, a quienes acusó de ser los culpables de todos los males de Colombia, no sin antes “escoriar” y darle perrero a Petro. Para él han sido los únicos culpables del narcoterrorismo, en el que nada tuvo que ver su gobierno. Así agradeció cierto nombramiento internacional, que lo mantenía callado.

Después habrá análisis de los otros movimientos.

Las cosas están calientes por todas partes durante este debate. Todos los candidatos dicen que ganarán en las primarias, secundarias y las que sean. Pero como vamos, el voto será ¡para la politiquería y el clientelismo! Porque de propuestas, nada.

BLANCO: Bien nos vendrá esta tarde un triunfo de Colombia.

NEGRO: ¡Fuerza Egan! Necesitamos optimismo. Toma la bici.