Cuando el ojo visor duerme se producen todas las fallas que terminan aprovechando los corruptos, “vándalos y delincuentes”. Eso ocurrió con el caso del Mintic, y los negociados que pueden alcanzar a los 4 billones de pesos.
Sobre la Mintic, Karen Abudinen, han caído los más fuertes aguaceros que tienen abismada la opinión pública más, cuando se ha visto que apresuradamente el Jefe del Estado no vaciló en absolverla, porque estaba seguro que los entes de control la respaldarían cuando firmó jugosos contratos para que los niños de la Colombia profunda tuvieran acceso digital.
Cosas como estas suelen suceder cuando los gobernantes designan a sus vigilantes. Se discute el viaje del Fiscal a Estados Unidos, las reuniones de la Procuradora con la ministra y una Contraloría, que no vio lo que venía.
Es increíble que contratos de la magnitud de esos, 1.2 billones de pesos, con los que se premió a los amigos del gobierno a través del Consorcio Centros Poblados no fueran espulgados, escudriñados y fisgados. Si podían cumplir con lo ofrecido y si los documentos que los amparaban eran legales.
Lo más grave es que la ministra demostró que no controla a sus funcionarios, que no analiza las cosas antes de proceder a estampar su firma. Increíble que nadie se percatara de que las garantías eran falsas, como lo afirmó el Banco Itaú. ¿Cómo es posible que se acuda a la “buena fe de los mala fe”, para admitir una documentación licitatoria? Lo más grave es que al Consorcio Centros Poblados le han adjudicado innumerables licitaciones, que quedarán en el aire, si se cumple con lo que dice la Ministra: declarar la caducidad de los mismos. Pero para reír: el enjambre de abogados y amigos de los licitantes consideran que esa figura no puede aplicarse, que solo es válida una cesión del contrato, lo que va en contra de toda la normatividad. La ley es clara: si se le aplica una caducidad, esta se aplica a todos los contratos que tenga con el Estado.
Esta figura se incluyó en la ley para evitar la irresponsabilidad, el vandalismo, la felonía y el pillaje. La ministra Abudinen está entre la espada y la pared. El presidente que recorre Corea, nuevamente la defendió y quiere evitar una moción de censura por parte del Congreso. Conociendo este legislativo, saldrá avante, porque la mermelada y demás ofrecimientos deben haber colmado las alforjas de parlamentarios, como ha venido ocurriendo.
El gobierno debe hacer un alto en el camino, bajarse del flamante avión y enfrentar lo que está sucediendo. Permitir a los entes de control actuar, liberar al Congreso y decirle al país que le ha puesto un freno a la corrupción. Un banco de La Florida tiene ese dinero guardado en la cuenta de uno de los miembros del consorcio Centros Poblados.
BLANCO: La tercera dosis parece ser coreana.
NEGRO: A Rueda se le fueron las luces dejando a James por fuera de la selección.