POR P. ANTONIO IZQUIERDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 25 de Noviembre de 2012

Jesús, rey del universo

 

No  puede haber otro tema dominante en este día que la realeza de Jesucristo. Esta realeza está prefigurada en el texto del profeta Daniel: "Le dieron poder, honor y reino... su reino no será destruido" (primera lectura). En el evangelio la realeza de Jesús viene afirmada en términos categóricos: "Pilatos le dijo: ¿Luego tú eres rey? Jesús respondió: Sí, como dices, soy rey". La segunda lectura, tomada del Apocalipsis, confirma y canta la realeza de Jesús: "A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén". Al mismo tiempo los cristianos son hechos partícipes de la realeza de Cristo: "Ha hecho de nosotros un Reino de sacerdotes para su Dios y Padre".

Pilatos y Jesús representan dos concepciones contrapuestas del rey y de la realeza. Pilatos no puede concebir otro rey ni otro reino que un hombre con poder absoluto como el emperador Tiberio o por lo menos con poder limitado a un territorio y a unos súbditos, como el famoso Herodes el Grande. Jesús, sin embargo, habla de un reino que no es de este mundo, es decir, no tiene en el mundo de los hombres su proveniencia, sino en solo Dios. Pilatos piensa en un reino que se funda sobre un poder que se impone por la fuerza del ejército, mientras que Jesús tiene en mente un reino impuesto no por la fuerza militar (en ese caso "mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos"), sino por la fuerza de la verdad y del amor. Pilatos no puede concebir de ninguna manera un rey que es condenado a muerte por sus mismos súbditos sin que oponga resistencia, y Jesús está convencido y seguro de que sobre el madero de la cruz va a instaurar de modo definitivo y perfecto su misterioso reino. Para Pilatos decir que alguien reina después de muerto es un contrasentido y un absurdo, para Jesús, sin embargo, está perfectamente claro que es la más verdadera realidad, porque la muerte no puede destruir el reino del espíritu. Después de dos mil años del histórico encuentro entre Jesús y Pilatos, ¿no es la concepción de Jesucristo la única que ha podido pasar el test de la historia?
El reino de Jesús es un reino preanunciado, en el que se cumple lo que los profetas de siglos anteriores habían prometido de parte de Dios. Sí, Cristo es rey en cuanto da testimonio de la verdad, es decir, de la Palabra del Padre que Él encarna, y que el Espíritu interioriza y hace eficaz en los corazones de los hombres. Los hombres son súbditos de Cristo Rey si son de la verdad, es decir, si viven, piensan y actúan movidos por sintonía y connaturalidad con la Palabra de Jesucristo. En quinto lugar, Jesús no es rey del espacio, sino del tiempo, de todos los tiempos. El es el alfa y la omega, el centro del tiempo y su principio normativo, "Aquél que es, que era y que va a venir". Finalmente, Jesucristo no sólo es rey, sino que hace partícipes de su realeza a los cristianos: ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre. Fuente Catholic.net