Radio Sutatenza, fundada en 1947 por Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín, luego de recibir la licencia de funcionamiento y el dial de parte de Mariano Ospina Pérez, presidente de Colombia en aquel entonces, trajo un verdadero cambio y mejora a la vida de los campesinos.
Millones de hombres, mujeres y niños habitantes de los pueblos de las cordilleras colombianas, el litoral Pacífico y Atlántico, los Llanos Orientales, la Guajira, la Amazonia…En fin, en los más recónditos lugares de nuestra geografía, tuvieron en Radio Sutatenza por primera vez acceso a la educación, comenzando por la sencilla enseñanza del abecedario y los números para llevar las cuentas de sus cosechas.
Además, de esta manera, a través de económicos trasmisores de radio, aprendieron buenas prácticas de salud, de producción y preparación de alimentos sanos, mejora de sus cosechas y animales, geografía, historia y, algo muy importante para ellos, el catecismo.
Desde Sutatenza, pueblo boyacense localizado en al Valle de Tenza, lo que fuera antes de la llegada de los españoles centro del imperio muisca, el joven padre Salcedo, recién salido del seminario, acolitado por su hermano, ambos gomosos de la electrónica, imaginó un programa de educación a distancia, al que llamó Escuelas Radiofónicas, bajo una organización denominada Acción Cultural Popular, ACPO.
Sabiamente, el joven sacerdote comenzó por trasmitir música campesina, con cantantes y músicos del pueblo, para cautivar oyentes.
Este fue el comienzo de una verdadera revolución pacífica, impulsada con gran amor y persistencia por todos los que participaron en ella. Una revolución que con los años enseñó a leer y escribir, entre otras muchas cosas, a más de 8 millones de campesinos colombianos, quienes no lo hubieran logrado de no ser por la iniciativa de monseñor Salcedo y todos los que creyeron en él y lo ayudaron de múltiples formas.
Por esos años, cerca del 80 por ciento de la población colombiana era rural y analfabeta y vivía muy alejada de las grandes ciudades donde se encontraban los centros de educación del país, lo que imposibilitaba su educación.
Siempre se ha dicho: “A Radio Sutatenza se le debe gran parte de la transformación educativa y cultural del campo”. Eran muchos los colombianos que jamás había salido de sus pueblos, la Acción Comunal Popular (ACPO) les dio herramientas para mejorar sus vidas, para conocer su valor y sus derechos; se puede decir, le abrió los ojos al mundo.
De niña vi crecer esta maravillosa idea cuando visitábamos con mis padres, Mariano y Bertha, las Escuelas Radiofónicas en Sutatenza y otros pueblos, para comprobar su progreso y llevar ayudas.
Con el apoyo de diferentes gobiernos e instituciones en las décadas consecutivas a su fundación se crearon miles de escuelas y se imprimieron desde cartillas hasta un periódico campesino para mejorar y apoyar la educación impartida a través de Radio Sutatenza.
Este modelo fue copiado en más de 30 países de América Latina y África convirtiéndose en referente de educación rural en el mundo.
Hoy, cuando la educación digital es un estándar de la vida del siglo XXI, las Escuelas Digitales Campesinas fueron creadas en el 2012 con el propósito de reducir la brecha digital existente entre los campesinos y los citadinos. Actualmente, ACPO cuenta con 68 Escuelas Digitales Campesinas en 8 departamentos y beneficia a más de 18.000 campesinos.