RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Miércoles, 19 de Octubre de 2011

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El  presente gobierno de Santos Chamberlain es muy dado a hacer alardes mediáticos, como buen gobierno neosocialista que se respete, de todo lo que le acontece.
En el caso de la reforma a la justicia, en minúscula, no lo hizo. Solamente, a través de Germán Vargas y el locuaz ministro Esguerra trata de defender lo que no se puede defender. Sería más conveniente, por la salud de la justicia, en minúscula, que el ministro Esguerra se dedicara a apagar las llamas que dejará este incendio. Y del incendio quedarán cenizas. Por ejemplo: ¿a quién le estarán haciendo el favor con la abolición de la Comisión de Acusación de la Cámara? ¿Otro “mogollonazo”, ministro Esguerra?
En una entrevista a María Isabel Rueda en El Tiempo, el ex magistrado Hernando Yepes Arcila comentó que “la actual reforma es mediocre. La versión del Congreso no está mejorada. Digamos que la segunda versión desempeoró el proyecto inicial, y luego el Congreso le añadió elementos que se acercan al disparate. Este proyecto fue mediocre y marginal desde el comienzo. Un ejercicio infantil para reunir una colección escalofriante de simplezas” ¡Virgen Santa!
Mauricio Vargas, en su columna de los lunes, se despachó: “La reforma no tocará la fuente del botín burocrático de la justicia y la calificó como una reformita. Al final, después de tanto bombo, la reforma quedó en nada”.
Veamos algunas de las carreras, como en el béisbol, que le metieron a Santos los señores magistrados (con minúscula): Se aumentaron el período de 8 a 12 años. Sigue intacto el Consejo Superior de la Judicatura. Sigue intacta la tutela. Sigue intacta la Sala Administrativa. Las decisiones judiciales quedaron en manos de la CSJ. El Gobierno retiró el fuero militar. Lograron un aumento presupuestal.
Galvis dice que: “El peor sistema para la elección de gobernantes es el concurso. A nadie se le ocurre que los ministros sean elegidos por concurso…”. Ahora, los señores magistrados tendrán la capacidad de ser los nominadores para la terna del Procurador y del Contralor. Más poder.
Tremenda palera, como en el béisbol, le dieron al gobierno los señores magistrados, quienes sí saben para qué es el poder.
Finalmente, ¿se extralimitó Angelino Garzón en sus funciones durante su viaje relámpago a Cuba? ¿A qué fue y en calidad de qué? ¿Visitando a quién? ¿Lo autorizó Santos? La sola frase de aumentar a todos los niveles la integración comercial, me pone a temblar. ¿Un viaje de empresarios? Sí, como no.
Puntilla. Quién lo creyera: a JMS, sin que se diera cuenta, le hicieron su ¡Caguanazo! en Fortul. Ahora sí, con mayor razón, hay que preguntar al mejor estilo de don Jorge Leyva, como en la radionovela: ¿Matará Caín a su hermano Abel? ¿Cuál es su agenda secreta, señor Santos? ¿A quién quieres engañar?, abuelo. Los colombianos merecemos conocer la verdad sobre Cano.