RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Agosto de 2013

Santos, el pueblo no se calla

 

Durante el despejado 7 de agosto, donde no se presentaron desfiles militares para honrar a nuestro Ejército Nacional, pero sí se habló sobre el nuevo Ejército del Pueblo y la nueva independencia al mejor estilo del plan renacer de Alfonso Cano, me puse de puro desocupado a leer: Jaque al terror, por JMS.

Definitivamente, el JMS de Mindefensa era otra persona. Dicen, los que saben, que el Ministro no era Juan Manuel, sino Uribe. Llego a creer esa versión porque como bien dice el mismo Poncho Rentería, el más santista de todos los Santos, da mucha pena. Más que pena, Poncho, dolor y angustia.

 

Dolor de patria por lo que estamos viendo y angustia por lo que se nos viene encima en forma de alacrán. Pero la sociedad colombiana no lo quiere ver. No quiere reaccionar. No reacciona, por ejemplo, ante la muerte de un niño en el Putumayo por un hostigamiento de las Farc. La sociedad se encuentra anestesiada frente a la nueva dictadura de la paz. Frente a la billonaria pauta oficial tanto del Gobierno nacional, como de la Bogotá Humana.

 

Lo que ocurrió en Medellín fue deplorable. Un Presidente aislado por temor a los valientes paisas quienes salieron y le gritaron de todo lo habido y por haber. Salieron con sus pitos, con sus trompetas, con su voz. Era lo único que tenían. No tenían nada más. Tenían unas camisetas donde expresaron sus sentimientos hacia un presidente, en minúscula, que los traicionó en sus ideales y por los cuales fue elegido. “Santos, Judas. No más Farc. No más impunidad”.  

JMS, hablaba solo. Solo, contra la pared. Santos el picho, como dice Pacho, se encuentra en la calle ciega del socialismo que no deja ver más allá.

Como tampoco lo vieron en el Puente de Boyacá, donde se presentó un escenario similar. En un frívolo discurso, nos mencionó a un capitán cuyo registro no existe en la Academia de Historia. Y, nos contó, como en los cuentos de hadas, un país de las mil maravillas. Un país de las mil maravillas donde se mezclan Caperucita Roja y el Lobo Feroz.

 

Caperucita Roja bien podría ser encarnada por el señor de La Calle. Quien le pregunta al Lobo Feroz: ¿y para qué esa sonrisa, querido lobo? El lobo feroz serían los niños de Iván, quienes gozan del ressort de la Habana por cuenta de todos los colombianos. ¿En cuánto irá esa cuentica?

El lobo feroz se comerá con una sed insaciable al pueblo colombiano. Pero la sociedad no quiere reaccionar. “Santos, canalla, el pueblo no se calla. Santos, traidor”. Duras palabras para quien lo tenía todo a su haber. Pero, como el póker es así, la suerte está echada. Que mi Dios nos libre.

 

Puntilla. ¿El 14 de septiembre de Lopez Michelsen será el 19 de agosto de JMS?Próxima “chiflada”: Barranquilla.