RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ* | El Nuevo Siglo
Jueves, 12 de Septiembre de 2013

El contexto sirio

 

Dentro del contexto de integración económica e internacional se deben tener en cuenta los factores político, económico, jurídico junto con la implementación de los acuerdos o tratados. Además, de los aspectos social, político, cultural y religioso que influyen en el devenir de cualquier negociación.

La semana pasada, Assad dijo en tono amenazante que “el pueblo sirio ha vivido en la zona por más de 6 mil años y que ningún imperio ha podido con ellos”. Además, afirmó que “se preparen para cualquier cosa”. Eso, es cierto. En la historia, con el pueblo sirio nadie ha podido y en una situación como esta cualquier cosa puede suceder.

Dentro de este contexto, en marzo de 2012, comentaba que “algunos analistas de la BBC de Londres y de la Universidad de Barcelona, consideraban que la tercera guerra mundial ya había comenzado”.

El 12 de enero de 2012, la princesa Kauri Hacamaridel Japón envió un mensaje a sus súbditos consistente en que “el ser humano debe prepararse para una confrontación a escala mundial”.

En nivel micro se evidenciaba una serie de hechos relevantes que lentamente nos llevaron al lugar donde nos encontramos. La primavera árabe. El conflicto en Irak. Las elecciones en Irán quienes guardan silencio. Cuando los iraníes guardan silencio… La escalada del conflicto entre Israel y Líbano. La crisis en Egipto se vino con toda la furia de los faraones. El conflicto entre las dos Coreas.

Hay que reconocer que Occidente ha sido muy torpe en su manejo de las relaciones con Oriente. Pero, también, el fundamentalismo musulmán no ayuda para nada en la prosperidad de sus pueblos. Todo lo contario: es una doctrina económica que tiende a generar pobreza. Esa es una de las razones del descontento en el mundo árabe.

Lo que precipitó la situación en Siria fueron tres eventos: la insatisfacción popular por el déspota régimen de Assad, el caso del agente Snowden y el uso de armas químicas. Obama se los había advertido. La comunidad internacional hizo caso omiso. Ahí están las consecuencias.

Desde el 2010, más de 100.000 sirios perdieron la vida. Los déspotas, son así. Pero, el Papa Francisco sostiene que “debemos dialogar con Assad”. El silencio cómplice de América Latina es más que relevante. Se entiende: Assad es amigo de Irán, de Rusia, de Chávez.

En el momento de escribir estas líneas, el desenlace es incierto. Lo único cierto es que el Congreso norteamericano aprobó una rápida intervención de 60 días. Los sirios, al parecer, aceptan una supervisión. Y, Obama se dirige a la nación por la noche…

Puntilla. ¿Será que en la CC vieron, se enteraron, de la última encuesta de Invamer Gallup? Con JMS, los amigos del régimen del elefante se ganaron cuatro años de impunidad en el caso de AGH. Y con la llegada del “chaparraluno” unos cuantos días más.

*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI