¿Se pifió Time?
Existía, como dicen en los toros, una gran expectación frente a la corrida. Había un buen ambiente previo. Los nubarrones comenzaron a presentarse desde el momento en que Santos puso el dedo en la llaga: “Uribe es parte del pasado”. Frase lapidaria. Ante lo cual Carlos Marx dijo: “El pasado pesa como una lápida sobre las nuevas generaciones”.
Vayamos a la Cumbre. Los discursos de inauguración cayeron en una retórica clásica de la Social Democracia. Utópicos y sin cabida en la práctica. A la gente lo que le interesa es el empleo y eso solamente se logra con inversión y la inversión solamente llega si hay seguridad. Lo demás es pura demagogia progresista, izquierdista, que no conduce a nada diferente de dividir en vez de unir.
Se valora el esfuerzo por parte de la cancillera Holguín. Organizar una Cumbre de este calado no es fácil. Por lo general, terminan siendo desgastantes y frustrantes frente al nivel de esfuerzo invertido en dinero y en recurso humano. Los resultados terminan siendo muy pobres.
Debe estar agotada. Madame Holguín está pagando las consecuencias de la ambigüedad de Santos en su política exterior.
América Latina carece de una infinita capacidad de unión. En los tiempos presentes, la integración de la CAN iba a todo vapor hasta cuando a Chávez, un día de mal genio, le dio por “mandar p’al carajo la CAN”. Simón Bolívar sufrió al final de sus días por cuenta de las torcidas y gauchadas, como dicen en Argentina, de sus amigos.
Fidel Castro no permitió algún acercamiento. Se la pasó, y se la pasa, viendo a EE.UU. como un enemigo imaginario, mas no como un amigo real y necesario.
El mejor toro de la corrida estuvo a cargo de EE.UU. y Canadá, quienes asumieron una posición digna en contra de los principales temas propuestos: Cuba, drogas, Malvinas.
Obama sí tiene conciencia, contrario a Santos, de que todo lo que se está viviendo en Colombia se debe a su predecesor. Así lo hizo constar varias veces en su discurso. Inclusive, en la entrevista a la W Radio.
Comenta el Barquero: “Al evaluar la cumbre, Santos no queda bien ni con Dios, ni con el diablo”.
Lo positivo: que no se llevaron el burro a la Casa Blanca. ¿Se imaginan un burro rebuznando a las 6 a.m. en la Casa Blanca?
Concluyó la Cumbre de las Américas sin los acuerdos previstos. Doscientos años después, América Latina está más desunida que nunca. Sus mejores amigos, presidente Santos, no vinieron. Con amigos así…
¿Se pifió Time con el publirreportaje? ¿Pagado? Con las manos vacías, pues, se quedó Santos.
Puntilla. Un saludo al habitante más antiguo del Centro Urbano Antonio Nariño, don Hipólito Hincapié, Polinotas. Desde 1957 vivió y murió. Que descanse en paz.