RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 17 de Abril de 2012

Informe sobre la CIDH

 

Preocupado por el trabajo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y por las críticas generalizadas al funcionamiento del sistema de protección a los derechos humanos (DD.HH.), así como por la rebelión contra él de países como Brasil, Ecuador y Venezuela, el Consejo Permanente de la OEA creó un Grupo de Trabajo sobre el Fortalecimiento del Sistema. Este Grupo rindió en diciembre de 2011 un Informe en el que puntualizó el pensamiento de los Estados miembros sobre diversos aspectos que van desde los Desafíos y Objetivos a mediano y largo plazo de la CIDH hasta el Fortalecimiento financiero de todo el Sistema. Fue este último acápite el que desató una tempestad, porque sugería balancear los recursos de todas las relatorías lo que, por ser una propuesta ecuatoriana, se entendió como un atentado contra la relatoría sobre libertad de prensa. Los aspectos contenidos en el Informe sobre los abusos y el desequilibrio en las medidas cautelares, la arbitrariedad en la tramitación de los casos, el poco énfasis en las soluciones amistosas, los criterios desequilibrados en la elaboración del capítulo IV del Informe y las fallas en la promoción de los DDHH, fueron ignorados por los medios.

La verdad es que en pocas ocasiones se ha hecho un trabajo serio y consensuado en la OEA como el del Grupo de Trabajo, adoptado con pleno respeto a la autonomía e independencia de los órganos del sistema, cuyo único defecto es que contiene solamente recomendaciones tímidas que se van a quedar en bla bla bla. No se puede simplemente “recomendar” que los órganos -la CIDH pero también la Corte- se ciñan a la Convención que les fija sus atribuciones. Esa debe ser una exigencia si se quiere de verdad fortalecer el sistema y poner fin a los abusos.

Colombia pidió al Grupo de Trabajo, y éste aceptó, que incluyera la solicitud a la CIDH de ceñirse en la elaboración del capítulo IV de su Informe al artículo 59.1 del Reglamento de la misma, que le ordena registrar “un análisis sobre la situación de los derechos humanos en el hemisferio” y no limitarse a 3 ó 4 Estados, casi siempre los mismos. Todo con objeto de garantizar la universalidad, la igualdad de trato, la objetividad y la no selectividad, eliminando así la aplicación de dobles raseros y la politización. Habrá que esperar a ver si el año entrante la CIDH atiende la “sugerencia”, porque este año definitivamente no lo hizo.

Un comentario acerca del Informe de la CIDH sobre Colombia merece artículo aparte que quedamos debiendo a los lectores.

Coda. Copio una nueva palabra: “Ineptocracia -un sistema de gobierno en el que los menos capaces de gobernar un país son electos por los menos capaces de producir riqueza, y donde los miembros de la sociedad más incapaces de sostenerse a sí mismos o de tener éxito son premiados con bienes y servicios pagados con la riqueza confiscada al cada día menor número de productores”. ¿Venezuela?