El déficit fiscal del presidente Iván Duque no es nada en comparación, guardadas proporciones, con el recibido por el general Rafael Reyes cuando asumió la primera magistratura en 1904, finalizada la guerra de los mil días y producida la separación de Panamá. La situación venía mal, en 1898 el ministro del Tesoro ante el congreso señalaba: “El presupuesto de gastos para el bienio 1897-1898 alcanza a $38. 253. 772 y el déficit fiscal sería de $5, 193.180.” Seis años después la cifra se había cuadruplicado, la guerra diezmado el ejército, el territorio vecino a la capital mostraba casas destruidas o abandonadas, desaparecían las rentas por consumo de licores, el contrabando pululaba, las escuelas públicas no funcionaban, imposible emitir moneda sin respaldo, se hallaba suspendido el pago de la deuda, el retraso en el cubrimiento de sueldos afectaba la administración, los caminos públicos se encontraban intransitables, ¿Cómo llevar al Congreso un proyecto de ley de financiamiento si el gobierno carecía de mayorías? ¿Dónde conseguir préstamos internos o externos? Bueno, don Pepe Sierra y otros ricos le hicieron préstamos.
Hace más de un siglo, el general Rafael Reyes no se arredró, reabrió el ministerio de Obras, reestructuró la rama ejecutiva, fortaleció la agricultura, fomentó el cultivo del banano, impulsó las industrias de tejidos, la navegación por el rio Magdalena, restringió la importación de trigo, hizo posible su siembra en zonas templadas especialmente de Cundinamarca y el Tolima, fomentó el cultivo del arroz, reanudó trabajos en los ferrocarriles, auspició la creación de industrias, se anticipó a la economía naranja, a él se debe el uso del alcohol desnaturalizado que al ligarse con la producción de azúcar abarató el servicio de alumbrado en las ciudades carentes de energía eléctrica, las pequeñas compañías florecieron, las de cemento iniciaron actividades, los impuestos se vincularon al incremento de la riqueza, se buscó embellecer la vida, ofrecer ocupación digna. El mandatario se hizo presente en las regiones, escuchó la opinión ciudadana, el cambio de la renta de pieles por la de degüello fue medida acertada.
Por estos días se regatea alrededor de los 14 billones de déficit fiscal, anoto y recuerdo que el del tiempo de Reyes se cubrió con acción idónea y eficaz. Quienes votamos por Iván Duque y lo apreciamos necesitamos que su gobierno sea exitoso, gobernar no es fácil, estirar y conseguir recursos tampoco, al país hay que reencuadernarlo, ponerlo en movimiento con metas más extensas que las del trámite legislativo tendiente a tapar un hueco coyuntural de presupuesto, distantes del erróneo manejo que de su déficit fiscal viene haciendo el presidente Nicolás Maduro en la pobre Venezuela.