En todas las guerras de la era moderna se han dado tanto acciones de grandeza nobleza y heroísmo como de cobardía, bajeza y maldad realizadas mayoritariamente por militares profesionales de las partes contendientes. Sin embargo, el auténtico heroísmo, y la inherente nobleza, se ha ido oscureciendo paulatinamente hasta casi desaparecer en nuestros días en un proceso decadente que inició desde el momento en que se inauguraron los bombardeos a ciudades durante la segunda guerra mundial.
Es que desde aquel momento en adelante los conflictos bélicos han afectado cada vez más a civiles inocentes pese a la “espada de Damocles” representada por la Corte Penal Internacional y la normatividad del DIH. Por esto, en las guerras del presente los actos nobles incluyendo los heroicos, tienden a provenir más de los civiles que de los militares.
Ilustrando lo anterior, en esta última columna del año transcribo un artículo de Michael Cook publicado en el blog Bioedge del proyecto Bioética Red.
Guerra y paz: médicos israelíes que tratan a pacientes palestinos
“En medio de la amarga guerra entre Hamás y las Fuerzas de Defensa de Israel en Gaza, hay un rayo de luz humanitaria. En una carta a The Lancet, tres médicos del Rambam Health Care Campus, un centro médico gubernamental académico de atención terciaria en Haifa, en el norte de Israel, dijeron que su hospital todavía estaba tratando a pacientes palestinos de Gaza y Cisjordania.
Hace dos años, escriben, Rambam ‘Lanzó una misión para cerrar la brecha entre las comunidades israelíes y palestinas y ofrecer servicios, incluidos servicios hemato-oncológicos pediátricos y para adultos, a pacientes palestinos tanto de Gaza como de Cisjordania. Con ese fin, establecimos una unidad de coordinación especial para facilitar la gestión clínica y administrativa óptima de estas personas’.
Proporcionaron tratamiento a 34 pacientes pediátricos (de 2 meses a 13 años) y 84 adultos (de 16 a 74 años), que podrían ser tratados en Gaza o Cisjordania. Sufrían enfermedades potencialmente mortales como leucemia aguda e insuficiencia de la médula ósea.
Además de la atención médica, hemos asumido la tarea de abordar una amplia gama de otras necesidades que de otro modo no estarían cubiertas para esta población, como alimentos, vivienda, ropa y atención médica médicamente necesaria para los familiares que los acompañan, transporte desde los puntos de control al hospital y de regreso, servicios religiosos y actividades de tiempo libre para los pacientes más jóvenes. Además, con el objetivo de brindar autonomía en la atención médica al más alto grado, brindamos capacitación a nivel de residencia y becas a médicos palestinos en Gaza y Cisjordania. Los graduados mantienen vínculos con el Rambam Health Care Campus y han podido brindar muchos aspectos de la atención cerca de los hogares de los pacientes.
Después del 7 de octubre todo cambió. Pero el personal de Rambam ha seguido atendiendo a pacientes que no pueden regresar a sus hogares durante las hostilidades:
A pesar de los crímenes asesinos cometidos por Hamás, creemos en la fuerza de la humanidad y estamos haciendo todo lo posible para brindar atención médica y de apoyo a quienes la necesitan en nuestras puertas y dentro de nuestras instalaciones, independientemente de la religión o nacionalidad de los pacientes. Lo mismo ocurre en múltiples departamentos clínicos del Rambam Health Care Campus y en los centros médicos de todo Israel. Exigimos a Hamás una actitud solidaria hacia nuestros rehenes y exigimos su liberación inmediata…
El espíritu humano prevalecerá y el bien triunfará sobre el mal, lo que nos permitirá retomar la misión de cooperación profesional y humana por el bien de los pacientes, para cuyo fin hemos hecho nuestro juramento médico”.
Nota: esta columna volverá el 15 de enero.
A los amables lectores les deseo una Feliz Navidad y un año 2024 pleno de realizaciones.