Se anuncia que la reconstrucción de la catedral de Notre Dame podría demorar de treinta a cuarenta años y costar centenares de millones de euros. El presidente Macron, pensando con el corazón en la noche del 15 de abril pasado, dijo que esperaba que la obra estuviera lista en cinco años, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos de París, en el 2024. Ello no es factible según concepto de los arquitectos que analizan si deben realizar trabajos con apego a lo original. Se estudia la propuesta de reconstruir el techo con láminas de titanio y cerchas de acero, utilizando menos madera. El resultado de varios concursos está en camino. La noticia se refiere al gigantesco esfuerzo por el mañana del emblemático monumento.
Hace cinco meses la catedral, Patrimonio de la Humanidad, situada en la pequeña isla de la Cite, cerca del rio Sena, sufrió un voraz incendio que afectó la edificación, sin perjudicar las estructuras, las torres o el coro. La aguja central de Viollet le Duc cayó, los rosetones quedaron dañados, valiosas piezas y pinturas pudieron rescatarse. En tan solo 24 horas fueron recaudados los primeros 850 millones de euros para su recuperación. Los bomberos conceptúan que el incendio obedeció a fallas en la restauración parcial que se adelantaba y a defectos de los andamios levantados alrededor de los tejados. Tanto las estatuas de piedra como las de bronce habían sido retiradas. El arquitecto jefe de monumentos históricos de París asegura que la contaminación influyó para la catástrofe.
La Basílica cautiva. Su primera piedra se colocó en el año 1163 y para el 1260 la construcción se encontraba casi lista. Durante la Revolución Francesa, hacia 1790, el extremismo de los abanderados del Estado laico logró que se utilizara hasta el año 1802 como almacén. Napoleón Bonaparte volvió a darle su lugar y la engalanó en 1804 al coronarse emperador. El escritor Víctor Hugo vinculó su nombre a ella con impecable obra literaria. Napoleón III contrajo matrimonio con Eugenia de Montijo en 1853 ante su altar mayor. Durante el siglo XIX sufrió un primer incendio por culpa de un cura descuidado. También se salvó de ser destruida por los nazis en 1944, al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando ante el inminente ingreso de los Aliados el general Von Choltiz, comandante en jefe del ejército de ocupación, desobedeció la desesperada e impertinente orden de Hitler de destruir París. No solo el jorobado de Nuestra Señora sino muchos habitantes de este convulsionado planeta continuamos pendientes del futuro de la reconstrucción.
Coda-. Algunos ex miembros de las Farc decidieron empuñar otra vez las armas. Están fuera de lugar, agua pasada no mueve molinos y Colombia perseverará en la consolidación de la paz.