El caso de Savita Halappanavar, ocurrido en Irlanda, cuando contaba con 31 años de edad, quien tuvo un aborto natural inconcluso y se le negó un legrado, pues el corazón del feto aun latía; para cuando dejó de latir ya era demasiado tarde, pues una septicemia había invadido a la joven, ocasionándole la muerte, causó indignación en todo el territorio y se convirtió en el símbolo desde el año 2012, de un movimiento ciudadano tendiente a la revocación de la Octava Enmienda de Irlanda, que prohibía el aborto en ese país.
Ella, dentista y su marido, ingeniero, vivían en Galway en 2012 y se preparaban para el nacimiento de su primogénito. A las 17 semanas de embarazo, Savita acudió al hospital con dolor de espalda el 21 de octubre y los médicos dijeron que estaba teniendo un aborto espontáneo. Los facultativos les informaron que el feto no sobreviviría, pero que no se le podía practicar un legrado, pues sería ir contra la ley octava enmienda, terminar el embarazo mientras el corazón del feto siguiera latiendo. Se le negó el legrado en varias ocasiones, esperó días hasta que el corazón del feto dejó de latir. Le realizaron el legrado el 27 de octubre, tarde, pues ya tenía una infección y murió de septicemia.
Este domingo, un mural en el centro de Dublín, con el retrato de la joven india de ojos brillantes con un lunar rojo en la frente, quien sonreía detrás de la palabra “Sí”, se llenó de flores, notas y velas. “Perdón por tardar tanto en responder, pero ya estamos aquí”, advertía uno de los mensajes adheridos a la pared.
El pasado viernes, el “sí” contra la octava enmienda, gana en histórico referendo en Irlanda.
Ahora Irlanda planea aprobar una legislación que permita los abortos relativamente sin restricciones hasta las 12 semanas de embarazo, sujeto a consulta médica y un corto plazo de espera. Después de las 12 semanas de embarazo, la terminación solo sería posible -hasta las 24 semanas- si dos médicos determinan que la vida de una mujer está amenazada por el embarazo o que supone un riesgo serio para su salud.
El resultado de referendo irlandés dio la vuelta al mundo y muy especialmente ha influido en la población argentina que se prepara para votar en la Cámara de los Diputados, el próximo 13 de junio, si se despenaliza el aborto. En Europa casi todos los países tienen leyes que permiten la interrupción voluntaria del embarazo, hasta la 12 o 14 semana de gestación. En América Latina, solo Uruguay y México tienen normas similares. Entre nosotros, la Corte Constitucional lo despenalizó en tres eventos precisos cuando peligra la salud de la madre, en caso de violación o terapéutico.
El debate se mantiene entre partidarios y no partidarios del aborto. El caso de Irlanda llama la atención por tratarse de un país arraigadamente católico. Hay que mirar el problema como una cuestión de salud pública, independiente de estar o no de acuerdo y ante todo, la mejor forma de evitarlo, sin poner en peligro la salud de las personas, es con educación sexual para prevenir embarazos no deseados.