Mañana martes 20 de agosto, el Instituto O´higginiano de Cundinamarca, filial congénere del Instituto O´Higginiano de Chile, fundado el 21 de noviembre de 2006 y reconocido legalmente en Chile el 10 de enero de 2007, participará en el homenaje, con motivo del “Ducentésimo Cuadragésimo Primer” Aniversario del Natalicio del Padre de la Patria Chilena, Prócer de la Independencia y Libertador, Capitán General don Bernardo O´Higginis Riquelme, Oficial General de los Ejércitos de Colombia y Miembro del Gran Consejo de Generales del Ejército Unido Libertador de Colombia, etc.
Las relaciones de Colombia y Chile en materia militar, naval y policial tienen una gran tradición. El gobierno del general Rafael Reyes, como lo narra la historiadora Mayra Fernanda Rey Esteban, “buscando evitar enfrentamientos con la oposición liberal, ofreció los cargos diplomáticos a militantes de este partido. Uno de ellos fue Rafael Uribe Uribe quien fue designado como embajador para los países de Chile, Argentina y Brasil. Durante su estancia en Chile en 1905, Uribe observó y detalló la estructura del ejército de este país, concluyendo que era un buen ejemplo para ser seguido por el Ejército colombiano. Por esta razón, Uribe aconsejó al gobierno colombiano solicitar ante el gobierno de Chile, el envío a Colombia de una "misión militar" compuesta por un grupo de oficiales -uno por cada arma-, con el objetivo primigenio de implantar los nuevos reglamentos militares en el Ejército colombiano”.
Esa afirmación es muy importante, porque siempre se creyó que la llegada de los chilenos a nuestro Ejército había sido eminentemente conservadora, cuando vemos que fue, realmente bajo el influjo liberal del caudillo Uribe Uribe.
El reconocido historiador chileno, general Roberto Arancibia Clavel, ha descrito en su libro “La Influencia del Ejército Chileno en América Latina” la valiosa participación de la Misión Militar en Colombia, ahora nos toca a nosotros, los navales, investigar y reunir la información del caso para difundir la excelente labor de la Misión Naval, así como de la organización de la Escuela Superior de Guerra.
Para 1907 el Congreso Chileno, con visto bueno del señor presidente don Pedro Montt, autorizó a los señores capitanes del Ejército Arturo Ahumada y Diego Guillen como integrantes de la Primera Misión Militar Chilena y con actividades definidas como fue organizar y dirigir la Escuela Militar, de ahí en adelante, todo ha sido una continua colaboración hasta la fecha. Igualmente, el Gobierno de Chile a través de su Armada seleccionó al señor teniente 1º Alberto Asmussen Cortés el 8 de febrero de 1907 por medio de la Ley 1.937 del Congreso, para prestar sus servicios durante tres años al Gobierno de Colombia para organizar al Armada Nacional, comandar un Buque Escuela y dirigir las obras de defensa de las costas colombianas. En 1946, la Flota Mercante Grancolombiana decidió contratar una segunda Misión Naval compuesta por oficiales chilenos.
Hoy, el Instituto O´Higginiano de Cundinamarca, bajo mi presidencia los últimos diez años, con la autorización del Instituto O´Higginiano de Chile, es la única institución civil que busca reconocer que el país austral tiene y ha tenido gran influencia en nuestra historia militar. Nuestros vínculos familiares con Chile, como los de muchos colombianos, son hoy una realidad y, además, Colombia no puede borrar igualmente de su historia, que una chilena, de Temuco, Bertha Puga, una de las “Policarpas”, hija del efímero presidente de Chile Arturo Puga, fue dos veces primera dama de la nación colombiana, por su matrimonio con Alberto Lleras Camargo.
Ahora que ha pasado nuestro Bicentenario y que estamos aún henchidos de celebraciones, deberíamos los colombianos tomar ejemplo de Chile, donde el espíritu patriótico llena todo, especialmente en sus fiestas patrias.
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