RICARDO EASTMAN DE LA CUESTA | El Nuevo Siglo
Martes, 17 de Abril de 2012

Latinoamérica y Europa

 

Europa  resiente el desaire comercial de los latinoamericanos. Saben que, con excepción de México, le dimos la espalda en función de dar prioridad a otros mercados en otras latitudes. El viejo continente, sumido en una profunda crisis, ni es atractivo, ni tiene fuerza para imanar las relaciones intercontinentales.

América Latina da hoy prioridad al mercado de materias primas que absorben sin medida China e India, encargadas de ampliar su clase media ávida de comprar, mejorar e innovar. Dio esa demanda para que nuestra región dedicara su atención a fomentar las tratativas con Asia y dejara atrás a los europeos.

Los latinos colocan a China como su mercado más dinámico. Por lo dicho de Europa y la incapacidad temporal de Estados Unidos de convocar las miradas comerciales de los países emergentes. Aunque todavía Estados Unidos y Europa son los dos principales socios comerciales de Latinoamérica, se pronostica que en el 2015 China desplazará a los europeos. Y todavía no consideramos a India.

La dinámica china funciona en dos vías. Compran y venden, invierten y reciben la inversión. Por ejemplo, hoy existen 70 empresas brasileñas instaladas en territorio oriental. En 2011, por primera vez en la historia, el intercambio comercial bilateral de Brasil con China superó al de Estados Unidos.

Los países más activos con China son Brasil, Argentina y Colombia. Pero, en general, la democracia latinoamericana está interesada en erradicar la pobreza y elevar la clase media. Para eso es indispensable crecer las exportaciones y lo más fácil es explotar materias primas, productos del subsuelo y alimentos que son tomados con avidez por los gigantes asiáticos.

El otro contrincante de Europa es el propio intercambio entre países latinoamericanos. En los últimos diez años creció de 15% a 20% y la tendencia es a aumentar en el futuro.

Una solución son los Tratados de Libre Comercio, que poco avanzan por la oposición de los agricultores europeos, reacios a aceptar productos latinos en su territorio. Con Mercosur llevan seis años de negociaciones. Va más adelante el de Colombia. Y no acaban de explotar una realidad actual: las inversiones europeas en América Latina son más altas que las realizadas en China, India y Rusia sumadas.

Estados Unidos coloca 23% de sus exportaciones en América Latina, 22% en Asia y 19% en Canadá. Importa 34% de Asia y apenas 19% de América Latina. Esas estadísticas tendrán pensando al gobierno de Washington. La inversión europea en Latinoamérica deberá crecer en función del desastre interno. De hecho, ya hay ejemplos como Repsol que tiene 40% de su negocio en Argentina, el Banco Santander con 35% en Brasil y el BBVA con la mitad de su actividad en el nuevo continente.  

Falta mucho por hacer en nuestras relaciones con Europa.