RODRIGO POMBO* | El Nuevo Siglo
Jueves, 28 de Marzo de 2013

Los he de ver

 

“Radicales de izquierda enarbolarán banderas de impunidad”

El gobierno del ex presidente Uribe gozaba de toda la popularidad, no sólo de la vulgar y masiva sino de la gremial, empresarial, sindical, económica y social por sus incuestionables resultados. Los únicos opositores, que no eran pocos ni eran mancos, eran algunos medios masivos de comunicación del orden nacional y muchos de los denominados forjadores de opinión.

Su caballito de batalla siempre fue el de tildar al gobierno de paramilitar y bellaco a pesar de que las pruebas brillaban por su ausencia y su actuación contra los grupos terroristas fue impecable. En lo que atañe a sus ejecutorias y grandes resultados poco hay que añadir, pues en la página de la historia sus hazañas son inigualables.

El gobierno actual alcanzó su victoria gracias al señor Uribe y decidió entablar negociaciones con los grupos terroristas. Respetable decisión a pesar de no contar con el clamor ni la legitimación popular. Como sea, lo interesante del caso es que quienes se opusieron tanto al gobierno Uribe, lo hicieron sobre la base de atacar un proceso de paz con las autodefensas por considerarlo espurio y malintencionado.

Susodicho proceso se acogió, -y bueno es recordarlo-, a los cánones de la justicia transicional internacional: allí hubo verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

Tanta verdad se ha dicho que gracias a ese proceso más de la tercera parte del Congreso fue apresado y judicializado por cuanto se descarnó la realidad de los hechos y se puso en evidencia judicial las complicidades de los políticos y los delincuentes. Hubo justicia, precaria como la de todos los procesos transicionales, pero justicia, es decir, los terroristas de las autodefensas purgan cárcel, incluso, en el exterior en su calidad de extraditados. Garantías de no repetición según las que este tipo de delincuentes pueden ofrecer y una reparación integral de las víctimas, inclusive por vía administrativa. El proceso, dentro de sus innatas imperfecciones fue perfecto y los resultados se muestran por doquier.

Pero los izquierdosos hablaron y lo vilipendiaron, sin embargo, ahora esos oficiosos demandantes guardan silencio frente a una oculta negociación y empiezan a exigir impunidad absoluta e inaplicación de los mínimos estándares que reclama  la justicia internacional.

He de ver, al fin de cuentas, a los radicales de izquierda enarbolando las banderas de la impunidad para, posteriormente, hacerles campaña política a los terroristas de las Farc!!! Los he de ver utilizando sus mismos argumentos de ataque para oponerse al proceso de paz con las Farc.

*Presidente de la Corporación pensamiento Siglo XXI.