Rodrigo Pombo Cajiao* | El Nuevo Siglo
Jueves, 18 de Diciembre de 2014

ESQUINA AZUL

Una pregunta

Una vez decantados los acontecimientos políticos electorales por el inexorable paso del tiempo, cabe formularse la pregunta: ¿el Gobierno nacional estuviera tan hipotecado si la Presidencia hubiese quedado en las manos del Dr. Zuluaga?

Cuestionamiento sencillo pero, me parece, lejos de ser inane. Hoy el Gobierno nacional se encuentra federalizado. Se dividió, como se sabía y tal y como lo prometió el presidente Santos en campaña en mínimo 4 fracciones: la política internacional y la justicia continúan en manos de los reencauchados samperistas; infraestructura, tránsito y transporte con vivienda y ambiente de por medio, en manos de la implacable y no menos imperial mano del Dr. Vargas Lleras; planeación, gobierno y ciertos sectores para el expresidente Gaviria y, por supuesto, el Presidente se ha quedado con comercio, comunicaciones y, especialmente, con la jefatura de Estado para sacar adelante su proceso de paz.

Lo que se sigue de ahí para abajo son contratos, puestos y dádivas que se distribuyen en los cacicazgos políticos regionales entre todos los que hacen parte de la coalición de gobierno y los parlamentarios conservadores. Por eso votaron una precaria mayoría de colombianos y a eso debemos atenernos en una democracia.

Sin embargo, es importante que la gente sepa que esa decisión cuesta mucho y la debemos pagar todos. De ahí, -y esa es la verdad a voces-, del imperativo de la reforma tributaria a pesar de que se había esculpido en piedra la promesa de no aumentar impuestos ni hacer reformas de esta naturaleza. Tenemos así otra reforma de este Gobierno aprobada por las mayorías políticas para pagar los favores políticos. No son recursos para el posconflicto, que entre otras cosas no sabemos cómo ni cuándo llegará; no son recursos para infraestructura, progreso o desarrollo, o para pagar nuestras deudas etc… son recursos para pagar la pasada elección presidencial.

Por eso la pregunta cabe, y de qué manera. Nadie sabía cuál iba a ser el equipo de gobierno del Dr. Zuluaga pues había prometido lealtad y mérito; la gente sabía que el gobierno zuluaguista sería monolítico política y doctrinariamente; la gente conocía que habría unidad de mando y de dirigencia. Como también sabíamos que el continuismo traería división de mando y federalización en el gobierno y que eso nos iba a costar plata pero, ahora, se sabe que nos cuesta más de 50 billones de pesos para los próximos 4 años sin contar con los recursos necesarios para sufragar los acuerdos de paz y la desmovilización de los perpetradores de delitos de lesa humanidad.

*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI