Mientras Colombia en los años 2021 y 2022 seguía la tendencia mundial de crecimiento de las inversiones E&P, en 2023 ésta se revirtió, y en 2024 se estima que también se contraiga por lo menos 5%, de acuerdo a un reciente informe de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP) y reporte de Campetrol.
Contrario a la tendencia internacional, la inversión en exploración y producción en Colombia está cayendo. A nivel mundial crece debido a que los países, considerando el nivel actual de precios, están promoviendo las inversiones en petróleo y gas, no solo para lograr las utilidades derivadas de ellos, sino también para garantizar su abastecimiento, ante una demanda creciente que algunos estiman alcanzará su máximo hacia 2030 y otros, que continuará creciendo más allá de esa fecha, hasta 2045 y 2050.
Estos análisis conocidos por EL NUEVO SIGLO, prevén que las inversiones alcancen los US$4.600 millones este año. De este monto, US$1.100 millones corresponderían a exploración y US$3.500 millones a producción.
De acuerdo con el reporte, el monto es menor al reportado en 2023, cuando se registró una inversión en exploración por US$1.050 millones y en producción por US$3.780 millones. Estas cifras, en conjunto, totalizaron US$4.830 millones destinados al petróleo y el gas, es decir, un 19 % menos que lo invertido en 2022.
Consumir las reservas
Señala el informe que “la inversión y actividad exploratoria se redujo y se incrementó la de producción, lo que implica que se están consumiendo las reservas sin reponerlas en niveles adecuados, generando un riesgo para la seguridad energética y estabilidad macroeconómica en el mediano y largo plazo. El país requiere los recursos energéticos y económicos provenientes de los hidrocarburos. Es importante aumentar la producción para garantizarlos, respaldándola con un aumento de reservas provenientes de mayor exploración y nuevos descubrimientos. En 2023, principalmente, los retrasos en los trámites ambientales, dificultades de entorno y la disminución en la disponibilidad de caja para inversión por el incremento en la carga impositiva, llevó a una ejecución promedio del 85% de lo presupuestado”.
Se estima que, en los 90 contratos hay 110 pozos exploratorios pendientes de ser ejecutados (todos compromisos contractuales). Estas obligaciones deberán cumplirse entre 2024 y 2030, es decir que, sin nuevos incentivos a la exploración, a 2030 se vislumbra el final de la actividad exploratoria en el país.
Señala el reporte, que la baja exploración no permitirá incorporar las reservas suficientes para garantizar los recursos energéticos y fiscales que el país necesita.
De acuerdo con análisis de la ACP, los proyectos de hidrocarburos en Colombia toman, en promedio, entre 5 y 6 años desde la firma del contrato y fase inicial de exploración hasta la producción del primer barril comercial. Los principales factores que determinan estos tiempos de maduración son los trámites de consulta previa y licenciamiento ambiental, en los cuales existe una oportunidad de trabajo conjunto con comunidades, entidades nacionales y territoriales, y empresas operadoras. Es inminente acelerar la reactivación de la exploración, más aún si se tiene en cuenta que existen compromisos exploratorios de contratos firmados desde 2004, es decir, la exploración de hoy es consecuencia de las decisiones del pasado.
Los recursos
En 2023 se invirtieron US$1.050 millones en exploración de petróleo y gas en el país, 19% inferior a lo invertido en 2022 (US$1.290 millones). o A diferencia de 2022, año en el que se invirtió el 7% más de lo presupuestado en exploración, en 2023 se ejecutó 15% menos de lo presupuestado (US$1.240 millones).
Según las empresas, la menor ejecución en 2023 se debió principalmente a retrasos ocasionados por los trámites ambientales y dificultades para operar relacionadas con bloqueos de las comunidades y recrudecimiento del conflicto armado. Además, aunque algunos presupuestos del 2023 ya habían sido recortados por los nuevos tributos a la industria, introducidos en la Reforma Tributaria, se presentaron recortes adicionales debido a la reducción en la disponibilidad de caja generada. Un porcentaje de las inversiones que no se ejecutaron se trasladaron para el año 2024.
El 70% de la inversión se destinó a proyectos en tierra firme (US$740 millones) y el 30% a proyectos costa afuera (US$310 millones). Representa una caída del 30% de las inversiones en tierra firme, frente a las de 2022.
El 82% de la inversión exploratoria se destinó a la perforación de pozos, el 7% a sísmica y el 11% a otras inversiones (estudios, licencias, gastos contractuales, entre otras).
En 2023 se perforaron 42 pozos exploratorios (uno costa afuera), frente a 55 - 60 presupuestados. De este total, 93% de los pozos perforados fueron obligaciones contractuales correspondientes a contratos firmados con la ANH, el restante correspondió a pozos en contratos de asociación.