RODRIGO POMBO CAJIAO* | El Nuevo Siglo
Jueves, 3 de Mayo de 2012

El Presidente y la Marcha Patriótica

 

El presidente Santos tiene poco margen de acción y por eso actúa erráticamente. Digo que tiene poco margen de acción porque sabe que su legitimidad provino de un modelo político conservador implantado exitosamente por su antecesor y el cual no comparte plenamente. Porque su conocimiento de las regiones y de la gestión de gobierno es poco y eso se nota cuando surge algún escollo, porque el éxito económico es una situación inercial más que un logro imputable a su gobierno, la única gestión para mostrar es la histórica agenda legislativa sobre la cual recae la acusación de la poquísima gestión, porque la indiscutible capacidad y honestidad del Ministro de Infraestructura en un país carente de ella se vio opacada por la infatigable ola invernal y la corrosiva presión politiquera y, por cuanto la gente se empezó a dar cuenta de que su inicial popularidad se debía al expresidente Uribe acrecentada por una muy buena prensa más que por gestiones propias de su gobierno.

Si a todo lo anterior se le suma que por su talante e historia el Presidente es muy influenciable por las encuestas, tendremos como conclusión que la situación anímica del primer mandatario no marcha bien. Eso explica el bajonazo de su popularidad a pesar del éxito de la Cumbre de las Américas y sus equivocadas alocuciones.

¿Qué puede hacer el Presidente en esta encrucijada? Pues él lo sabe mejor que nadie y es intentar pasar a la historia como el mandatario que logró la “paz” con las Farc.

Infortunadamente él no ve otra salida a su encrucijada que la de intentar darle un ethos, un carácter, una identidad propia a su período que por el camino de la paz.

En ese sentido es que fue a visitar al dictador Castro y en ese mismo sentido es que apoya de fondo, pero en el anonimato, la Marcha Patriótica por la paz.

La razón de ello es simple: con la pronta muerte de Chávez la guerrilla se quedará sin respaldo político y económico. Si a ello le sumamos la derrota política promovida por Pastrana y la derrota militar auspiciada por Uribe, se ve que a ellos les urge negociar. El problema es que no tienen ningún respaldo político que les sirva de interlocutor porque la izquierda nacional está desprestigiada por sus notables fracasos de gobierno.

¿Qué le queda? Pues respaldar y esperar el mayor crecimiento de los promotores de la marcha política para poder decir que ellos son los interlocutores válidos del diálogo por la paz.

*Presidente Corporación Siglo XXI