El 21 de julio se viene consolidando como el día internacional del perro, para muchos uno más de la cascada de celebraciones estandarizadas, pero no es una celebración cualquiera ya que relieva el gran papel histórico jugado por este animal, catalogado como el mejor amigo del hombre. De su amistad hay milenarios relatos, desconocemos el momento preciso en que esa relación de mutua protección surgió. En 2018 el director Albert Hughes en la película Alpha ubicó ese momento en el paleolítico reflejando las duras condiciones en las que Keda (protagonizado por Kodi Smith-McPhee) y Alfa (un lobo gigante) dan ese gran paso.
En este territorio se hicieron famosos los perros mudos que habitaban la altiplanicie, constituyéndose en la única especie endémica, hoy de su existencia sólo quedan las referencias que en su momento hicieran los exploradores y cronistas, mismos que con seguridad los vieron extinguirse en la medida en que fueron introduciéndose especies con el propósito de perseguir a los indígenas y esclavos por los agentes de la colonia. Con ese fin llegaron los primeros alanos traídos por Cristóbal Colón en su tercer viaje, luego vinieron los mastines, lebreles, podencos y sabuesos. Hoy con seguridad encontramos en el territorio nacional algún individuo de las especies más representativas del mundo, contar con un amigo perruno es una tendencia global.
Tal vez la imagen anterior nos induzca a sostener la inexistencia de razas caninas en el continente Americano, es una afirmación que rápidamente se debe desestimar, pues en México y Centroamérica se tienen identificados los perros pelones (sin pelo o Xoloitzcuintle) y los chihuahua, en los andes bolivianos estaban los K´hala (también sin pelo), el jinchuliwi, el pastu, el ñanu y el c´husi anuquara; famoso es el cuadro del descubrimiento en la tumba del señor de Sipán de su compañero, un perro sin pelo peruano. Los incas tuvieron como compañero en sus faenas de pastoreo de llamas al pastor Chiribaya, tal como lo enseña la antropóloga Sonia Guillén.
Colombia hoy es un actor de primer orden en el mundo canino, desde el 2015, gracias al arduo trabajo de Jonathan Álvarez, Richard Martínez y Daniela Rodríguez, estudiantes de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional, supimos que contábamos con una raza propia que se formó a partir de cruces entre algunos sabuesos introducidas en la colonia y el mudo de estas tierras, crecimos con ella en solares y fincas, los conocíamos como tinajeros, chapolo, bramador y aullador, dependiendo las regiones, pero hasta hace pocos años supimos que esta raza es más colombiana que el mismo café.
Nuestro sabueso se caracteriza por sus orejas y cola largas, tamaño mediano a grande, proporción rectangular, pelo corto, liso y brillante, piel fina y elástica, su color poder ser sólido, bicolor o tricolor, afectuoso con los niños, excelente compañero, amistoso, los hay de color sólido, bicolor y tricolor. Los invito a conocer a nuestra raza en www.sabuesofinocolombiano.com, una buena forma de celebrar este feliz encuentro.
@ludogomezm, luisdomingosim@gmail.com