No debe pasar desapercibido el secuestro en Paraguay del exvicepresidente de la República, Oscar Denis, dirigente del partido Liberal Radical, de setenta y cuatro años, acaecido hace pocos días cuando se dirigía a su estancia en Concepción zona del norte de la región oriental donde opera el movimiento guerrillero “Ejercito del Pueblo Paraguayo EPP,” de orientación marxista nacionalista según sus cabecillas, que recientemente tuvo un enfrentamiento con la Fuerza Pública durante el cual murieron dos niñas de once años que se encontraban en el campamento de ese grupo armado. Extraño que una denominada brigada indígena se atribuya la comisión del delito.
Las autoridades consideran la posibilidad de que el plagio obedezca a una retaliación por la muerte de las niñas, al parecer hijas de miembros del movimiento insurgente. La guerrilla realiza expropiaciones, secuestros, extorsiones contra banqueros, empresarios, estancieros no ligados con el narcotráfico, algunos asesinados, otros obligados a pagar crecidas sumas por sus rescates. El “EPP” recauda millones de dólares producto de actividades ilegales, en conexión con organizaciones ilícitas colombianas. Después de la larga dictadura de treinta y cuatro años de Alfredo Strossner (1954-1989) y del gobierno de su consuegro, el general Rodríguez, quien lo derrocó, los gobiernos democráticos elegidos por votación popular han mostrado debilidad frente a la guerrilla.
Paraguay es un país particular en Latinoamérica, con interesante historia, la mayoría de su población si bien habla español piensa en guaraní, abundan tradiciones y mitos, el partido Colorado dejó de ser mayoritario, la inequitativa distribución de la tierra persiste, ahora Mario Abdo Benítez, jefe de Estado y de Gobierno, con un período de cinco años sin posibilidad de reelección lidia con el impacto del coronavirus, con la protesta ciudadana, al aumento de la inseguridad, los problemas de Mercosur y los inherentes a la guerrilla involucrada en el secuestro del ex vicepresidente, cuando voces piden la renuncia de varios ministros.
Todavía se recuerda, después de decretada la independencia en 1811 la figura de Gaspar Rodríguez de Francia, supremo dictador, que cerró fronteras, modificó el catecismo, se declaró superior de los curas, modificó la educación a su manera en medio de siembras de yerba mate, quien preparó cuidadosamente su falsa muerte con pomposo entierro y la observación cuidadosa de la reacción de amigos y adversarios, eso predispuso a no creer que su fallecimiento en 1840 sí había sucedido. El Supremo llamaba a Bolívar “mulato presuntuoso.” Paraguay tiene presente la terrible guerra de la Triple Alianza librada por el mariscal Solano López entre 1864 y 1870 contra Brasil, Argentina y Uruguay que devastó a gran parte de la población e igualmente la guerra del Chaco contra Bolivia en los años treinta del siglo XX.
Aún se agradece el apoyo colombiano en el conflicto contra la Triple Alianza y el apoyo otorgado en referencia a la disputa con Bolivia. Somos naciones hermanas, disfruté plenamente de la hospitalidad Paraguaya como embajador, conocí a don Oscar Denis y confío en que regrese pronto sano y salvo.