El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural dio a conocer la Resolución 434 del 18 de diciembre de 2019 mediante la cual procedió a modificar la Resolución 350 que estableció las cuotas de pesca artesanal incluyendo la autorización de explotación de 15.2 toneladas de aleta de tiburón, la nueva norma eliminó la expresión “aleta de tiburón” que tanta resistencia generó en la opinión pública.
Si bien la nueva resolución aparece firmada el pasado 18 de diciembre, lo cierto es que solamente hasta el día 27 de diciembre fue publicada en el Diario Oficial, al realizar una lectura detenida se siguen evidenciando las mismas falencias que llevaron a la comunidad científica a expresar su oposición, a la Procuraduría General de la Nación a pedir su suspensión y al Tribunal Administrativo de Cundinamarca a imponer la medida de urgencia fechada el 16 de diciembre que dejó sin efecto la expresión hoy ausente en la nueva en la Resolución 434.
No se conocen los motivos por los cuales el Ministerio en la parte motiva de dicha resolución no hace referencia a la solicitud de la Procuraduría y tampoco a la decisión del Tribunal Administrativo de Cundinamarca. Imaginamos que están tratando de atacar la medida cautelar con una carencia de objeto que será develada en el momento procesal oportuno, de paso dejar sin aparente piso un eventual juicio disciplinario, pero en lo que no cae en cuenta el Señor Ministro es que sus asesores lo están mal aconsejando y de paso dejando en ridículo ante un público cada vez mas empoderado de los asuntos comunes.
La actitud del Ministerio a través del titular de la cartera dejan ver muy bien el respeto que les merece lo que piensa tanto la comunidad científica, la Justicia y la Procuraduría General de la Nación; demuestran una soberbia inmarcesible, primero porque siguen sosteniendo que la cuota de pesca de tiburón autorizada es la correcta, insisten en que las decisiones se toman con la mejor información disponible y no con la información actualizada que de manera objetiva indique los niveles adecuados de manera concreta por especie, máxime si siguen guardando silencio sobre las especies incluidas en la lista roja de la UICN.
En la parte motiva de la famosa resolución dejan ver que es muy complejo el panorama de incertidumbre sobre el estado de las poblaciones de especies de peces catilaginosos y, por tanto, soportan su decisión en la aplicación de metodologías estadísticas y, con tal de no dar el brazo a torcer manteniéndose en una postura anacrónica, al final de la página seis de la nueva resolución solo atinan a soltar un argumento que no merece más que una lacónica referencia: “tratándose del recurso tiburón y teniendo en cuenta la condición de las poblaciones de algunas de las especies, se considera prioritaria la revisión del listado de las especies reconocidas como recurso pesquero. En tal sentido, se generará un ejercicio con la participación expertos”. Es el argumento que explica por sí solo la falta de sincronía entre el Ministerio y la realidad del mundo al que dirige su autoridad. Sensatez señor Ministro.
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