Tengo dos pasiones predominantes: la espiritualidad y la política. Las dos tienen que ver con la observación. Ante la imposibilidad de ver con claridad la realidad política en medio de los escombros que deja la avalancha de noticias negativas, la desinformación y la manipulación, he elegido por estos días observar dentro de mí para serenarme, vaciar la sobredosis de ruido y limpiar la mirada. No es aislamiento. No es miedo, ni mucho menos falta de coraje. Es viajar buscando la conquista de la libertad interior que me dé la lucidez para aportar, desde esta trinchera, a mi país.
Cada uno en lo suyo. Con sus propios talentos y sin atropellar la forma de luchar del otro. Me preguntó un sacerdote amigo ¿cómo ves la situación? Le respondí "somos guerreros que hemos estado mucho tiempo en entrenamiento, ya es hora de combatir con el testimonio que da el ejemplo". Hay varias formas de combatir, conservar la cordura es una de ellas.
Colombia está doliendo mucho por estos días. Nos quieren expropiar la identidad ciudadana, convertirnos en enemigos unos de otros. Provocarnos hasta la desesperación. Me niego a transformarme en una energúmena que dé palos de ciega. Veo con claridad un presidente que quiere graduar de enemigos a la mitad de sus conciudadanos, con una estrategia ya probada y fracasada en otros países. Observo a amigos y enemigos del primer mandatario buscando una interlocución con él, dándole márgenes de rectificación, esperando un cambio de rumbo milagroso. Lamentablemente todo indica que este no se va a producir. Todos empiezan a ver al "rey" desnudo, pero a él poco le importa su propia desnudez.
Los que sí deben tener un gran peso sobre sus espaldas son los responsables de haberlo llevado a la cima del poder. Lo encumbraron por odio a Uribe. Sobreestimaron tanto la figura del expresidente, lo demonizaron de tal manera, que terminaron por creerse el cuento y hacerse el harakiri. Hoy deben sentir vergüenza consigo mismos. ¿Cómo sostienen la caña? Me pregunto sobre algunas cadenas de noticias que hicieron del ascenso de Petro un pretexto para sacar al aire la feria de "productos noticiosos" para halagar sólo a la audiencia que votó por Petro: ¿les alcanzará para que sus propietarios puedan seguir adelante con sus negocios en Colombia? No creo que al primer mandatario le sirva algo diferente a la sumisión informativa, de la que hicieron gala durante la campaña.
Y ni qué decir de los dirigentes de todos los colores, algunos con amplio prestigio, sobre todo los economistas. ¡Pobrecitos! Se les ve francamente desesperados. ¿Estarán dispuestos a quemar sus pergaminos en la hoguera que le da lumbre a Petro?
El rescate de Colombia para todos los colombianos exige deponer los egos partidistas. Aún es posible observar el espejo de la oposición venezolana. Aquí no se trata ya de rescatar los restos de los partidos políticos, sino de hacer una puesta en común. Ya es hora de soltar el fantasma de la figura de Uribe. Lo condenaron a defenderse eternamente y siguen desesperados persiguiendo su sombra.
Necesitamos a todos los líderes que participaron en la pasada campaña presidencial. ¿Los imaginan, por un momento, trabajando juntos por el bien de Colombia?