Soledad, un municipio ubicado en el departamento del Atlántico, se destaca por su posición demográfica tanto a nivel nacional como en la región Caribe. Ocupa el octavo lugar en población en Colombia y el tercero en la región, superado únicamente por Barranquilla y Cartagena. Además, Soledad se caracteriza por ser uno de los municipios con mayor crecimiento poblacional en el país.
La economía de Soledad se basa en más de 6.000 establecimientos industriales y comerciales, y cuenta con más de 122.000 predios urbanos y rurales.
A pesar de contar con todas las características para ser un municipio próspero y líder en la región Caribe, actualmente enfrenta un proceso de reestructuración de pasivos debido a deudas superiores a los $60 mil millones. Dependiendo en gran medida de las transferencias del gobierno central, Soledad no genera suficientes recursos propios. Recientemente, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) calificó su desempeño fiscal como vulnerable, lo cual indica que la entidad apenas mantiene un equilibrio fiscal relativo y con muy poco margen para enfrentar cualquier desafío financiero.
A pesar de las advertencias en materia fiscal, la administración actual redujo la recaudación del impuesto predial en más del 40%. Además, los ingresos tributarios de Soledad disminuyeron un 3% en términos reales durante el período 2019 - 2022.
Es importante destacar que el recaudo del impuesto de Industria y Comercio aumentó un 25%, en parte gracias a un programa de apoyo fiscal desarrollado por el Área Metropolitana de Barranquilla, y en parte debido a la reactivación económica posterior a la pandemia del covid-19 experimentada en todo el país.
De no haber sido por estos factores, es probable que también se hubiera registrado una disminución en la recaudación similar a la del impuesto predial.
Soledad debería estar recaudando un 30% más de lo que actualmente obtiene, lo cual equivaldría aproximadamente a $35 mil millones de pesos adicionales. Estos ingresos permitirían reducir drásticamente la dependencia de las transferencias, mejorar el índice de inversión en obras de interés general y ayudar al municipio a salir mucho antes del plazo establecido para la reestructuración de pasivos.
Independientemente de la orientación política del próximo alcalde, Soledad necesita con urgencia políticas fiscales que se ajusten a la realidad actual del municipio y le permitan superar los desafíos financieros que enfrenta.