"Legislación ambiental ha estado un poco en segundo plano": Baptiste | El Nuevo Siglo
Brigitte Baptiste, rectora de la EAN y exdirectora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. / Foto Brigitte Baptiste
Viernes, 19 de Julio de 2024
Mayra Baquero

EL NUEVO SIGLO: A cuatro meses de la realización de la COP16, ¿cómo ve usted la preparación del país para el desarrollo de este evento?

BRIGITTE BAPTISTE: Hay mucha efervescencia, muchas ganas de participar. Supe que se habían presentado más de 1.500 ofertas de hacer eventos en la zona verde y el Gobierno está seleccionándolas, pues no estoy segura de que haya campo para tanta gente.

Eso demuestra que hay muchas ganas de contar historias, de participar y de invitar a hacer debates, lo que es muy positivo.

Lo que no se puede hacer en la zona verde o en los espacios oficiales de la COP16 se va a hacer en las universidades, en los hoteles, en los parques y en la calle.

Es una invitación que ha hecho también el Gobierno a que los colectivos, los viajeros y todo el mundo pueda participar de una manera significativa. Entonces, creo que va a ser muy bonito y muy importante.

ENS: Hay quienes dicen que la opinión pública no ha entendido la importancia del evento y el hecho de que Colombia sea sede del mismo, ¿qué decir a eso?

BB: Es difícil a veces entender qué significa una negociación entre 200 países para tomar decisiones, que además no son vinculantes, respecto a la gestión de la biodiversidad.

La COP16 de biodiversidad es distinta a la COP27 de cambio climático, que la vez son distintas a otras conferencias de las partes que suceden en el mundo. Además, 16 quiere decir que ya llevamos 30 años largos encontrándonos para discutir los temas de gestión de biodiversidad.

La negociación en sí es un tema muy gubernamental, por eso se hace a puerta cerrada y se producen unos documentos que luego se socializan y se convierten en política pública.

Ahí tal vez no es tan interesante la participación directa de la ciudadanía, pero sí el hecho de que vengan representantes de 200 países a Colombia, de que vean lo que está sucediendo en las calles y la efervescencia que producen las reuniones.

Las expectativas a veces ingenuas que todos tenemos de que la biodiversidad se convierta en el centro de nuestras vidas, de que realmente podamos protegerla y potenciarla económicamente, es algo que nos va a servir muchísimo, incluso si no nos hacen caso en Azerbaiyán o en Angola.

ENS: Una experta en temas ambientales, como usted, ¿cómo ve  que ha avanzado la legislación ambiental en Colombia, en la mitad de este Gobierno y en la mitad de este periodo parlamentario?

BB: La legislación ambiental ha estado un poco en segundo plano, porque las otras reformas han copado todo el espacio de la agenda legislativa. Pero lo que sí ha sido interesante es ver, por ejemplo, el descenso de la deforestación, las discusiones sobre las especies invasoras y el manejo de los hipopótamos.

Creo que el Gobierno sí ha hecho un esfuerzo grande para que haya un debate más abierto y más profundo sobre los temas ambientales. Hay una agenda un poquito más clara y lo que necesitamos es mayor participación y articulación entre lo público y lo privado. Ese es el llamado que hacemos siempre desde las empresas y desde las universidades privadas, a que nos juntemos para trabajar en los temas estratégicos de país.

Lucha contra el cambio climático

ENS: Las autoridades destacan que se ha reducido la deforestación de una manera sustancial, ¿cómo lo ve usted?

BB: El cambio es muy significativo. Incluso, dentro de versiones o mediciones independientes que se puedan hacer sobre la deforestación, se puede concluir que algo está pasando. Lo importante es entender qué es lo que ha llevado a esa disminución de la deforestación: si son los incentivos que el Gobierno está proveyendo a las comunidades rurales en la Amazonía, si se trata de los controles que la Fiscalía está ejerciendo a los grandes agentes deforestadores, si se trata de las discusiones en los acuerdos eventuales con los grupos alzados en armas o si es el clima, porque lo cierto es que cuando hay periodos largos de lluvia, como cuando lo experimentamos hasta el 2023, las quemas y las tumbas se hacen muy difíciles.

Entonces, habrá que esperar que la tendencia se mantenga y que el próximo año o a fin de este año podamos reportar que hay continuidad en el proceso.

ENS: ¿Hasta qué punto el combate contra el cambio climático en Colombia todavía está en etapas muy incipientes?

BB: Yo creo que sí, porque nos hemos concentrado mucho en la mitigación y Colombia no es un país de grandes emisiones. Les hemos puesto un énfasis a las inversiones en el control de emisiones. Eso hizo que nos hayamos distraído un poco de los temas de descontaminación en los ríos colombianos, en los temas de recuperación del suelo y en los temas de la bioeconomía, que serán los que van a catapultar realmente una agenda de sostenibilidad en los próximos años.

ENS: Desde el punto de vista de la academia, ¿cómo ve hoy el desarrollo de la educación ambiental?

BB: Creo que ahí estamos en pañales. La educación ambiental es una de las grandes deudas que tiene la sociedad. Nos quedamos en el adoctrinamiento de la separación de residuos en las escuelas, en la siembra de arbolitos, en los eventos simbólicos, y eso resulta muy frustrante, sobre todo cuando los jóvenes crecen y se dan cuenta de que esos gestos prácticamente no están conduciendo a nada.

La escuela tiene que reformular completamente sus estrategias de educación ambiental desde el Ministerio de Educación, porque el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Ciencia y Tecnología o cualquier otra instancia no tiene los recursos ni las capacidades para formalizar un programa de este tipo.

Entonces son las Corporaciones Autónomas las que tienen la educación ambiental en el centro de campañas o en el centro de festivales y ferias, pero eso tiene un lugar muy específico y limitado dentro de la formación de una cultura ambiental.

Financiación e investigación

ENS: ¿Faltaría más financiación del Estado a la investigación sobre temas ambientales, de desarrollo sostenible y de combate al cambio climático?

BB: Ese es el principal cuello de botella. Falta financiación en innovación y ciencia de todos los sectores y Colombia insiste en no financiar ciencia y tecnología.

Eso es lamentable, porque somos uno de los países que en el mundo le dan menos importancia a la innovación. Sin innovación no tenemos la capacidad de generar nuevo emprendimiento, no tenemos la capacidad de abordar los problemas de la adaptación climática, no tenemos bioeconomía por delante, porque vamos a seguir atrapados en el círculo vicioso de las formas productivas ya insostenibles.

ENS: ¿Cree usted que el hecho de que se haya reducido de forma sustancial la erradicación de cultivos ilícitos está poniendo en riesgo las áreas de reserva ambiental y los bosques naturales?

BB: La lucha contra los cultivos ilícitos es muy complicada, porque en ocasiones se dirige hacia las áreas silvestres y genera deforestación, pero las fuerzas que mueven los cultivos tienen más que ver con las inversiones que hace el Estado en educación, en bienestar social y en vías, que no necesariamente están funcionando.

Entonces, los cultivos de uso ilícito a veces sí afectan de manera muy grave los ecosistemas silvestres. Pero la solución de la fumigación era peor, por ejemplo, porque lo que hacía era obligar a los cultivadores a irse más lejos y a generar una lucha tecnológica adaptativa, en la que siempre van a ganar los narcotraficantes, por la capacidad y el músculo de inversión que tienen.

Creo que hay que mirar con cuidado cómo la lucha contra los cultivos ilícitos y el narcotráfico se enfrenta en el futuro, para no causar peores efectos de los que ya tiene.

 

Jóvenes podrán estudiar gratis desarrollo de software

ENS: Si bien los jóvenes van a estar becados al 100 %, ¿cómo van a hacer para luchar con la deserción académica?

BB: En general, no ha habido mucha deserción. Hemos aprendido a equilibrar la participación, porque la gente deja de venir, ya que no tiene para el bus o a veces no le alcanza para almorzar. Entonces, tenemos apoyos ocasionales para que ninguna persona deje de estudiar por esas razones.

Obviamente, hacemos cada cinco semanas filtros que tienen que ver con el nivel de aprendizaje y compromiso, porque también es cierto que las personas a veces se dan cuenta de que no era lo que realmente podían hacer y les damos el cupo a otras para que pueda seguir adelante.

Pero en general la deserción es baja y la gente viene con mucha pasión a participar de este programa.

ENS: El programa está dirigido a jóvenes de estratos 1, 2 y 3. Pero, ¿qué están haciendo desde la universidad para eliminar esa brecha?

BB: El programa provee todos los requerimientos tecnológicos para que cada estudiante tenga su computador. Como es un programa presencial, la gente llega aquí a las 7:00 de la mañana. Incluso, hay unos que se quedan hasta las 10:00 de la noche.

Sabemos que las personas de escasos recursos no tienen necesariamente internet, tampoco los recursos para luego seguir haciendo lo mismo.

En Campus Land ofrecemos espacio, por ejemplo, para el emprendimiento. Si las personas comienzan a identificar oportunidades laborales y que requieren tener un computador o conectividad, lo pueden hacer desde el campus de la universidad, les ofrecemos todo el apoyo y eso es independiente de la formación. Lo único que realmente se necesita es que lleguen.