Derogada la resolución que permitía la muerte incidental de delfines en Malpelo es necesario no perder de vista que el peligro para estos cetáceos no termina. La Autoridad Nacional de Pesca y Acuicultura (Aunap) cada año establece un cupo de muertes de delfines en favor de los barcos de pesca industrial de atún y en los últimos nueve años ha autorizado la muerte de 5.846 delfines de manera incidental para garantizar la pesca del atún de aleta amarilla. De acuerdo con la Resolución 1290 de 2021, se está cumpliendo la cuota de muerte de 561 delfines.
La excusa principal de nuestras autoridades es que Colombia, al pertenecer al Acuerdo sobre el Programa Internacional para la Conservación de los Delfines, incorporado al ordenamiento jurídico mediante Ley 557 de 2000, debe cumplir lo señalado por la Comisión Interamericana de Atún Tropical, CIAT, que establece el límite anual de muerte de delfines entre los países signatarios, además de ser enfático en que todos los países hacen lo mismo. De ser cierto el objetivo de llevar las muertes de delfines a cero, ¿cuál es la razón para que la cifra nunca haya bajado de las 549 muertes autorizadas?
Estas posturas no dejan de preocupar porque lo que demuestra es que nuestras autoridades ambientales carecen de criterio para tomar decisiones autónomas, simplemente hacen lo que otros dicen que se haga, en el peor de los casos hacen lo que ven que otros hacen, sin que medie ninguna reflexión de contexto local.
El jueves de la semana pasada Nicolás del Castillo Piedrahita, director general de la Aunap, sostuvo en Caracol Noticias, que muy a pesar de la autorización de la cuota de muertes de delfín, en los últimos cuatro años no se había matado a uno solo en la pesquería de atún, respuesta que no deja de sorprender. ¿Cuál es la razón para mantener una autorización que no es necesaria?
De ser cierta la conveniente declaración, lo lógico es derogar la Resolución 1290 del 9 de junio de 2021. No tiene sentido mantener las cuotas para los barcos Amanda S que podrá matar 46, el American Eagle 52, el Cabo de Hornos 46, el Dominador I 39, El Rey 46, el Enterprise 52, el Grenadier 46, el María Isabel C 48, el Marta Lucia R 48, el Nazca 46, el Sandra C 46 y el Sea Gem 46.
La próxima vez que compre atún revise la información en el etiquetado de la lata, algunos tienen un sello con la imagen de un delfín acompañada de la leyenda safe, dolphin safe, protegiendo al delfín, amigos del delfín o cualquier término o frase similar, todo para significar que en la faena de ese atún no ha muerto ningún delfín, cuando a lo largo del mundo se viene demostrando que esos sellos son tan creíbles como la afirmación de cero muertes del director de la Aunap. En Colombia se seguirán matando delfines hasta que el Gobierno prohíba su muerte y la industria atunera actúe de manera transparente.
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