Como lo imaginaba, ya se iniciaron los “yo acuso”, contra el polémico libro titulado “La delincuencia y la prostitución infantil, cara a cara”, de la joven escritora y abogada rosarista, María Paula Cárdenas Gómez, publicación patrocinada por la conocida Editorial Gustavo Ibáñez.
Han dicho que es un libro amargo, esquizofrénico, desigual, injusto, desproporcionado y más amigo de satanizar un drama social, que analizarlo fríamente, con el espíritu grados bajo cero.
En ambiente académico se afirmó que la obra muestra horizontes sórdidos, negativos, desolados y sin esperanza. No habíamos terminado de oír lo anterior, cuando una dama, por cierto considerada muy equilibrada con firmeza calificó este estudio social, como un intento de apagar un incendio con gasolina. Y agregó. “¿cómo encarcelar niños de 17 años por actuar como subversivos?
Es un volumen peligroso, pues con aparente imparcialidad repite que muchos, o casi todos son indolentes y desalmados, por no preferir a los niños de los tugurios, en lugar de exagerar el sentimentalismo por las mascotas. Hoy, se protege drásticamente a los animales, pues son seres sintientes y hasta hace poco los torturaban sádicamente y nadie los defendía. Una investigación con tanta pasión por los menores de los cordones de miseria, puede ahondar la enconada lucha de clases y el radicalismo entre los que todo lo tienen y los que carecen de pan y techo.
La verdad verdadera es que la documentada publicación: “La delincuencia y la prostitución infantil, cara a cara” como la autora lo dice con entereza y carácter en la primera hoja del libro, se trata de un “manejo duro y descarnado a los colombianos. El libro es directo, golpeante, arisco, vehemente. Tratándose de niños humildes maltratados, ultrajados, atormentados, no se puede hablar de otra manera. Niños desesperados que se suicidan o que los o que los exterminan en las masacres los terroristas, niños asfixiados por la miseria o que mueren en las calles ante la indiferencia de la autoridad, niños violentamente reclutados por la guerrilla para cometer magnicidios. (Al Ministro de Justicia Dr. Rodrigo Lara, lo asesinó un menor de 17 años de edad) …Niños amontonados como ratas o cucarachas en los tugurios y agonizan sin medicamentos, sin apoyo de nadie, ni siquiera de sus progenitores, pues los exterminaron o mueren en hospitales de caridad…”
El libro también plantea el tema de tanta universitaria pobre, que de día es estudiante y de noche es trabajadora sexual, pues la miseria la tiene a ella y su familia arrinconada y humillada en una nauseabunda habitación, donde falta hasta la luz, el aire y el espacio para sobrevivir. No se niega que existen unas pocas (muy insuficiente) nobilísimas fundaciones, que con generosidad infinita tratan de proteger a esta población paupérrima. Una de las cualidades del libro es profundizar un drama humano, pero sin incitar al odio contra nadie. Objetividad y realismo, es muy distinto al rencor banderizo. El niño en nido de amor será ángel, en nido de dolor será delincuente.