La lucha por la conservación de las especies de tiburones en los mares colombianos no tiene pausa. A finales del año pasado el tribunal Administrativo de Cundinamarca ordenó al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural modificar la Resolución 350 mediante la cual se dio el lujo de establecer una cuota de 15.2 toneladas de aleta de tiburón, muy a pesar de haber eliminado la trágica decisión siguió permitiendo la cuota incidental de pesca de 475 toneladas de tiburón mediante resolución 434 del 18 de diciembre.
El pasado 13 de agosto el Tribunal decidió admitir la Acción Popular con el fin de revisar la situación de seis especies de tiburón que están en diferentes niveles de riesgo, que no son tenidos en cuenta por el Comité Ejecutivo de Pesca, integrado por el Director de Cadenas Pecuarias, Pesqueras y Acuícolas del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el Director de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Director de la Autoridad Nacional de Pesca y el Director General Marítimo, instancia que sigue conceptuando favorablemente la pesca incidental de los squalos sin atender los criterios de sostenibilidad, asumiendo erróneamente que la ausencia de información actualizada constituye habilitación para validar la cuota que se mantiene invariable desde el año 2012.
Estas pescas incidentales se vienen autorizando de manera global, no reflejan el nivel de vulnerabilidad de cada una de las especies en la lista roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, el Tiburón Sedoso se encuentra en estado Vulnerable (VU) desde el 2017, el Tiburón Zorro fue incluido en la categoría de Vulnerable (VU) en 2019, el Tiburón Tigre desde el año 2019 se encuentra en la categoría de Casi Vulnerable (NT), el Tiburón Zorro Pelágico se encuentra en la categoría en Peligro de Extinción (EN), los Tiburones Martillo y Oceánico de puntas blancas están en la categoría de Peligro Crítico (CR) desde 2019, es decir están a un solo grado de extinguirse en vida silvestre y asumir esta categoría. Las poblaciones de estas especies decrecen rápidamente por la presión de la pesca excesiva y sin pausa, pero nuestras autoridades siguen actuando como si el recurso fuera ilimitado.
En los últimos cincuenta años hemos acabado con el 60% de la vida silvestre del planeta, expoliamos los mares como nunca y nuestras autoridades no se dan por enteradas, sigue creyendo que como se trata de especies migrantes todo vale, que si no los pescamos acá en otro lugar sucederá, es una gestión que solo atina a dar respuesta a lo inmediato, no está administrando el recurso para el mediano y largo plazo. Poco o nada importa que ocupemos el segundo lugar en biodiversidad en el mundo o que contemos con 2.574 especies de peces marinos, seguimos creyendo que la presente generación tiene el derecho de disponer del recurso sin pensar en las generaciones futuras. Ellos piden a la justicia protección de su derecho a existir.
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