Más de 35 mil millones costó la campaña del Presidente Duque y en Colombia todo tiene su costo. Como ganador electoral, debe azotar chequeras.
La mermelada ha embadurnado cuanta cosa se requiere. Ha movido las reformas tributarias, el entierro de las mociones de censura, la sumisión del Congreso virtual para evacuar iniciativas gubernamentales. ¡Todo tiene un costo!
Duque ha cumplido a sus patrocinadores, pero necesitaba opacar al Ñeñe y el dinero bajo la mesa. Como anillo al dedo le cayó el coronavirus. Lo ha usado para todo. No hay negocio que, durante los 100 días de encierro, no tenga impreso el sello Covid-19. El dinero ha rodado “con emergencia” y sin control. El Jefe de Estado se tomó, como cualquier mandatario bananero, la televisión para sembrar pánico diario con su espacio: “El estrés de las Seis”, tiempo durante el cual angustia, sobresalta, aturde y desvela a los colombianos con pésimas noticias. Nunca imprime optimismo.
Duque se dedicó, desde un principio a los venezolanos. Hasta trajo a Guaidó apoyado por un frente paramilitar, porque Maduro tenía “las horas contadas”. Hoy Trump lo dejó solo, al igual que Iván a sus votantes.
Nadie entiende esta manera de gobernar, ni siquiera su vice, que lo desconoce como jefe. Por ello no le informó la experticia de su joven hermano, en negocios “fáciles”.
Sus campañas divulgativas están gastadas. Hay que ajustarlas y explicar lo de los soldados gringos, el aumento de la producción de coca, el desastre económico y bueno… la hecatombe que armó para favorecer a sus patrocinadores: la banca y las grandes superficies, con el covid-back, del viernes 19 de junio.
Le faltaron canas para ordenar el populista día sin IVA, que sólo se aplicó a contados artículos importados por los grandes, mientras los pequeños, que no aportaron a la campaña, no tuvieron oportunidad.
No calculó lo que podría ocurrir cuando se abrieran las puertas a millones de colombianos que, estaban confinados y aburridos desde hacía 90 días. Febrilmente salieron de sus 4 paredes, credibanco en mano, liquidación de prestaciones, exigua prima y ganas de libertad. Cargaron con artículos que, la pobreza los obligará a devolver en poco tiempo. Cambiaron 19% de IVA para la Dian, por 29% del interés bancario por usar las tarjetas.
Después del desastre, Duque pidió no buscar culpables. Él sabe que todo tiene un costo y debe pagarse. ¿Qué vendrá después?
BLANCO: Las advertencias de Juan Camilo Restrepo sobre la economía para el Covid-19.
NEGRO: ¿Tendemos qué pagar los avisos de Uribe?