En la historia encontramos impuestos raros que incluimos en medio de la discusión sobre reforma tributaria en Colombia.
El gravamen del uno por ciento del patrimonio, decretado por Augusto, que penaba la soltería en Roma.
El de la orina del emperador Vespasiano, la cual se recogía para fabricar dentífrico, actividad con alta remuneración.
El gravamen a los sombreros durante el siglo XVIII en el Reino Unido, los ricos tenían muchos y los pobres pocos.
El impuesto en Inglaterra a las ventanas, en las casas de los adinerados abundaban, algunos las tapiaron.
El de los ladrillos, fue difícil precisar el tamaño de las piezas y su cobro.
El de la barba de Enrique VIII, se exoneraba de su pago a los afeitados, los barbudos se dieron el lujo de conservarlas.
El de las barajas en Inglaterra que subsistió hasta principios del siglo XX, el fisco se reservaba la entrega del As de picas adquirido por separado.
El impuesto a las vacas para evitar la emisión de gases con efecto invernadero en Holanda.
El decretado en la provincia de Huhei, China, en el año 2009, cobro a quienes no fumaran para disminuir el déficit fiscal, imposible su recaudo, duró poco tiempo, hasta los fumadores protestaron.
El de los televisores en Inglaterra, vigente desde 1946, para recaudar fondos destinados a la programación cultural de la BBC.
El dictador, Cromwell, en el siglo XV, dispuso que los ingleses contribuyeran con un gravamen del diez por ciento para cancelar los sueldos de la milicia creada con la meta de apabullar a los amigos de la corona.
El de la Rioja (Argentina) por postres eléctricos y telefónicos contaminantes visuales.
Los impuestos a la brujería, a las prostitutas clasificadas de trabajadoras independientes, a tatuajes.
La imaginación en materia de impuestos, no tiene frontera, jamás desaparecerá porque éstos son indispensables en referencia al funcionamiento del Estado, conviene analizarlos, aprobarlos de conformidad con la Constitución y la ley, prever sus consecuencias, en ocasiones la inflación se come lo recaudado, si se afecta a la clase media y a los pobres se imposibilitan ahorro e inversión, el consumo decrece, la intención de creación de empresas y disminución del desempleo fracasa.
John F. Kennedy decía: “Paradójico que cuanto más altos sean los impuestos más baja la recaudación, mayor la evasión” y en referencia a la justicia e igualdad repito la inquietud de Albert Einstein: “Anormal que se cobre impuesto a las herencias. Si quiero dejarle algo a un hijo y toda mi vida he pagado muchos impuestos con el esfuerzo personal. ¿Por qué un gravamen adicional?”
Disminuir mesadas pensionales es inconstitucional, los jubilados contribuyeron, -unos más, otros menos- el sistema retorna un ahorro. Cuando se agotan los recursos vienen las reformas tributarias para que paguen más los que tienen más y los que tienen menos también paguen más. La que está en consideración del Congreso veremos al final como queda, sobre sus resultados dudas persisten, estamos pendientes de su curso, ajustes, desenlace y consecuencias.