Trump y los aranceles | El Nuevo Siglo
Viernes, 10 de Enero de 2025

Hasta hace algunos días se creía que las bravuconadas de Trump y sus amenazas de subir aranceles con los países que disentían de sus caprichos era algo focalizado: a China la amenazó con subirle el 10% de los aranceles si no hacía una política comercial más sumisa con EEUU, y a Méjico y Canadá les hizo saber que les elevaría al 25% los impuestos a sus exportaciones si no adelantaban una política con los inmigrantes tal como él quiere, o si no cooperaban con deportaciones masivas como ha anunciado.

Pero ahora las cosas han pasado a mayores y su empecinamiento por subir aranceles está pasando a anunciarse perentoriamente.

En un trino del 2 de mayo escribió lo siguiente: "Los aranceles, y solo los aranceles, crearon la basta riqueza de este país. Después derivamos hacia el impuesto a la renta. Nunca fuimos más ricos que durante el periodo en que los aranceles fueron predominantes. Los aranceles pagarán nuestra deuda y harán a América grande otra vez".

O sea, ya los aranceles no son solo para amenazar países no sumisos a sus caprichos, sino que son ahora el ábrete sésamo de su política económica. Parece que se dispone a aplicarlos con furor una vez se posesione.

Con ellos va a pagar la deuda estadounidense e irá reemplazando el impuesto a la renta como el gran tributo recaudado por la federación.

No importa que quienes vayan a pagar los platos rotos de esta atolondrada política sean los consumidores americanos; no importa si esta tontería desencadena medidas arancelarias retaliatorias por parte de los países afectados y no importa si la historia nos enseña que fue precisamente una política alocada como la que ahora pregona Trump una de las causas de la gran depresión de los años treinta del siglo pasado.

No importa: los caprichos del magnate empiezan a formularse como leyes de hierro para los tiempos que vienen.

Trudeau es una de las primeras víctimas de las amenazas de Trump que anunció que le impondría al Canadá un arancel del 25% a sus exportaciones hacia USA (70% de las exportaciones canadienses van a Estados Unidos), e inclusive llegó a sugerir que el Canadá podría convertirse en nuevo estado de la unión estadounidense.

El grupo MAGA -agenda 2025, ultra derechista y soporte incondicional de Trump- ha recibido con regocijo la renuncia de Trudeau, quién además de su debilitamiento interno (luego de ser primer ministro del Canadá por nueve años), ha recibido los primeros fogonazos del magnate, que pronto se posesionara cómo presidente de EE.UU.

La película de los caprichos de Trump está apenas empezando. Acompañado de las estupideces de su aliado Musk, que ya interviene en la política alemana y británica como si se tratara una de sus fábricas de vehículos eléctricos.

Nada bueno nos espera de esta dupla.

POSDATA: El palacio de Miraflores en Caracas lo denominó Herrera Luque en su gran novela sobre Juan Vicente Gómez “La casa del pez que escupe agua”, en referencia a una fuente que adorna uno de los patios de Miraflores.

Ahora, en los tiempos de Maduro, sería más adecuado hablar de” la casa del pez que escupe odio, reprensión, ilegitimidad y fraude”.