CINCUENTA años incursionando en la docencia me dan autoridad para este artículo sobre una entrevista televisada de la vicepresidencia, Marelen Castillo. Ella no pondera que en Colombia nos quedamos atrás en todo: la agricultura, la industria, la ciencia, la justicia… mientras que hoy, hay nuevas alternativas interesantes, como lo que llaman Boot Camps, que vienen a ser estrategias que preparan a los bachilleres graduados en un ambiente de inmersión total, para ingresar al mundo empresarial internacional, en dos a cuatro semestres. Así, nuestra educación superior podría atender millones de jóvenes, que son necesitados en el exterior, sin necesidad de salir de su Patria: con salarios en dólares y euros… Esto significaría, para las grandes empresas interesantes ahorros, y para nosotros se reducirían los costos de las universidades y se reduce la fuga de profesionales al exterior.
Como rector de la Universidad Católica de Colombia asistí a una reunión de rectores de universidades de Suramérica y de Europa, para compartir experiencias académicas. Esta vez, la universidad anfitriona fue la Complutense de Madrid. Esto fue a finales del siglo XX, y los rectores europeos ofrecieron innumerables programas, de las disciplinas, habidas y por haber.
Al tercer día de trabajo, levanté para decir que “yo me sentía en un lugar equivocado”, porque estábamos -los americanos- recibiendo todo lo que nos ofrecían, sin beneficio de inventario: sin saber cuáles era eran nuestras necesidades, nuestra geopolítica, nuestros programas, las tradiciones culturales de cada país…
Para sorpresa mía, el rector del Externado de Colombia, Fernando Hinestroza, tomó la palabra y me dio una solfa que me cuesta olvidar: “en el Externado de Colombia aceptamos la verdad de todos, vengan de donde vengan, Para nosotros las universidades confesionales, están llamadas a recoger”. El silencio de los rectores me acomplejó: no obstante que creemos en las universidades que investigan.
Afortunadamente, el anfitrión del evento, tomo la palabra: pidiendo excusas al rector de la Universidad Católica de Colombia y a los de las universidades latinoamericanas, con el siguiente argumento: “hace quinientos años acabamos con la cultura de un continente, por ser desconocida y en estos tres días hemos hecho lo mismo”.
Luego de nuestra visita oficial a su colegio. Presentamos nuestras felicitaciones, a usted y a su equipo docente, por la manera como han podido implementar, en forma coherente y eficaz, la política de renovación del Ministerio, teniendo como objetivo la cualificación de la educación para la vida.
Encontramos en su equipo decente verdaderos profesionales de la educación, cuya meta bien definida pretende lograr la formación de líderes creativos, autónomos, responsables e integralmente maduros.
Queremos que sepa, usted y sus profesores, nuestros compañeros de la educación, que el Ministerio se siente complacido de la labor que están desarrollando, la cual coloca al Gimnasio Cartagena a la vanguardia de las innovaciones cualitativas de la educación colombiana.
Ahora lo importante es seguir adelante, con el mismo espíritu, en la esperanza de que muchos colegios los imiten y que su experiencia se multiplique en todo el país.
Dejamos constancia Doctor Leyva, que usted puede contar con el apoyo del Ministerio de Educación Nacional, y el nuestro personal, en su encomiable tarea.
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