Un semáforo para los candidatos | El Nuevo Siglo
Miércoles, 25 de Mayo de 2022

A tres días de las elecciones presidenciales a primera vuelta, muchas ocurrencias pueden darse para convencer a una persona indecisa de su voto. Esto en un ambiente de alta incertidumbre y en el entendimiento de que la última decisión puede ser definitiva en el rumbo que asuma el país.

Se habla del gran cambio como anzuelo común para abordar a los votantes, siendo la palabra preferida de cualquier campaña política. Sin embargo, con inquietud retumba la pregunta si dicho cambio es para borrar, mejorar, empeorar, continuar, emprender o seguir una senda. De hecho, todo puede cambiar en un instante, en el mismo momento en que la papeleta entre a la urna.

Acaso no es legítimo también preguntar: ¿Qué vale la pena conservar? La semana pasada, precisamente, se hacía alusión a una economía pujante que ha sabido sortear no sólo los efectos de la pandemia si también la de un paro nacional y una ola internacional que lo ha encarecido todo.

Alejandro Gándara, escritor español y director de la Escuela Contemporánea de Humanidades de Madrid, bien aduce que la diferencia entre un esclavo y un ciudadano es que el ciudadano puede preguntarse por su vida y cambiarla.

Ahora que la palanca de cambios se metió en la participación política, a manera de metáfora, así como el semáforo es un salvavidas, este se puede aplicar, como en las charlas motivacionales, en el voto a conciencia. En efecto, el rojo para aplicar el freno, el amarillo para la cautela y el verde para el impulso y avance. A más asuntos en rojo, el candidato menos conviene.

La línea roja marcará lo inaceptable, que puede significar una pérdida y donde es preferible prevenir y frenar; el amarillo, para las propuestas que más vale tomarlas con cuidado y el verde para medir las reales posibilidades de los temas que más preocupan a los votantes y aquellos dignos de cambiar o, por el contrario, de continuar.

La economía, la corrupción y la inseguridad, en su orden, son los asuntos que más preocupan a las familias colombianas según la última encuesta de Yanhaas y le siguen el desempleo, la salud y la educación. Incluso el 60% de los encuestados le teme a terminar igual que Venezuela y el 77% considera importante el sentido democrático de la nación.

El cambio por el cambio no asegura el progreso, pues también puede implicar un retroceso. La solidez muchas veces la dan las pequeñas realizaciones, la construcción sobre lo construido y por supuesto la empatía y el carisma para generar transformaciones. Quien proyecte excelencia, persistencia y capacidad para sumar voluntades, ese es. Quien sea un verdadero arquitecto de la gobernabilidad puede asegurar la mejor coalición de gobierno y sacar con mayores garantías las reformas propuestas.

El derecho al voto lleva intrínsicamente las mismas señales de un semáforo en cuanto que su ejercicio permite poner el freno en el momento preciso, imprimir el cuidado o la prudencia necesaria antes del cambio y finalmente impulsar el avance a la ruta preferida y escogida.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

atisbosmariaelisa@gmail.com