Vicente Torrijos R. | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Febrero de 2015

Otra historia (II)

 

El pasado 10 de febrero, en La Habana, la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas entregó su colección final de 14 estudios que comprenden varios centenares de páginas.

Como las voces son múltiples y no hay ningún tipo de consenso ni versión oficial o conjunta, este servidor quiere poner a disposición de los lectores la disertación que hizo durante la plenaria de clausura ante la Mesa de negociación.

( … ) En definitiva, esta es la problemática de la creciente tensión entre una democracia perfectible que, incluso, vivió episodios propios de una democracia delegativa o iliberal en la década de los 50 y a finales de los 70, y un autoritarismo subversivo que desafía los valores profundos sobre los que ha ido consolidándose el Estado colombiano. 

Una tensión alimentada constantemente tanto por externalidades como por expectativas internas de poder político y económico que han sumido a la sociedad, desde 1964, en un conflicto violento entre las fuerzas del Estado y unas agrupaciones subversivas que han privilegiado la rapacidad y el terrorismo como método de lucha revolucionaria e interacción política; lucha revolucionaria que muchos de los integrantes de esos grupos han confundido, por tanto, con simple aventurerismo revolucionario.

Así las cosas, es la dinámica de los esfuerzos tanto políticos como militares desarrollados para fortalecer a una sociedad diversa y plural interesada en refinar el clima de gobernabilidad democrática que la identifica, esto es, un clima en que los conflictos puedan dirimirse mediante fórmulas no violentas, con base en las libertades públicas e individuales, y promoviendo el desarrollo social.

Tenemos, pues, una versión interpretativa del conflicto irregular colombiano entre una sociedad democrática y sus Fuerzas Militares frente a dos organizaciones político-militares ilegales, las Farc y el Eln, progresivamente aliadas entre sí y animadas por múltiples capacidades tanto letales como no letales, articuladas evolutivamente tanto a escala interna como transnacional.

Agrupaciones armadas que en 1964 tomaron una decisión racional, colectiva, estructurada y expansiva que se dio, no bajo criterios subjetivos, sino en el marco de parámetros organizacionales (motivaciones, riesgos y retribuciones) y en un contexto histórico-geográfico propicio, o sea, procesos revolucionarios expansionistas en América Latina y cinco macro regiones colombianas de alta complejidad física y cultural en las que no siempre se ha dado una presencia integral del Estado.

Continuará.