Víctor G. Ricardo | El Nuevo Siglo
Miércoles, 26 de Agosto de 2015

“Hay que perderle el miedo al cambio”

TRABAJAR JUNTOS

Una democracia para todos

SERÍA  una ingenuidad pensar que hay ciudadanos inmunes al conflicto armado. En Colombia se es víctima o se es victimario, pero nadie puede decir que no es ni lo uno ni lo otro. Si realmente queremos que la guerra termine, debemos admitir que todos nos hemos visto afectados por la tragedia de nuestro país, que la democracia que defendemos ha sido infectada por el virus de la corrupción y el saqueo de lo público, que nuestra sociedad requiere un cambio pues en ella difícilmente creen los jóvenes de hoy y de no darse tal cambio, es probable que no lleguen a creer en ella las generaciones del futuro. Por eso es muy importante que todos los colombianos trabajemos en la recuperación de los valores éticos y morales perdidos en este país.

Colombia necesita fuerza y audacia para perderle el miedo al cambio, para lograr el fortalecimiento de nuestros valores, de nuestra democracia y por tanto de nuestro Estado de Derecho. No hay que temerle a la paz y hacer mayor el miedo a la guerra, por eso la guerrilla debe dejar atrás la lucha de clases para pensar con lucidez en la lucha por la democracia. Pero si la democracia no absorbe a los pobres se convierte en un monólogo que hará que la paz que alcancemos no sea sólida ni duradera.

Yo propongo que acordemos trabajar juntos en la construcción de una democracia incluyente que tenga como consecuencia lograr una mayor justicia social. Esto requiere un compromiso serio por parte de las mayorías políticas del país, que serán las responsables de plasmar los acuerdos y compromisos en leyes, pero y quizá lo más importante, requiere un compromiso ciudadano, es decir, de todos, porque no hay paz con corrupción pero sobre todo no hay futuro sin paz. Nos debemos concientizar de que es un trabajo común, que de él depende nuestro futuro y el de nuestros hijos y debemos darle a esto el valor que se merece.

En el propósito de la paz cabemos todos; todos tenemos algo que decir y algo que aportar, porque todos hemos sufrido el conflicto y por eso debemos ser capaces de perdonar. Pero ese perdón tiene que ir del brazo de la verdad, de la justicia, de la reparación a las víctimas y de la democracia, como valores fundamentales del país con el que todos soñamos.