Victor G. Ricardo | El Nuevo Siglo
Miércoles, 30 de Septiembre de 2015

LOS ABUSOS

En Venezuela     

Desde hace cerca de 15 años los mecanismos binacionales que se crearon luego del incidente de la corbeta Caldas, no han podido cumplir los objetivos para los que fueron diseñados.
Colombia le ha insistido al Gobierno de Venezuela que los problemas fronterizos naturales en un lindero tan extenso y vivo deben administrarse, y tener canales adecuados de interlocución para su solución. La respuesta ha sido entre negativa y esquiva y, en los recientes sucesos agresiva en el lenguaje y en las acciones.
Resulta inadmisible que el presidente Maduro pretenda señalar a nuestro país como culpable de sus propios errores. Los colombianos hemos tenido que hacer grandes esfuerzos para superar complejos problemas derivados de la violencia y del narcotráfico. Aún tenemos un camino por recorrer, pero los resultados que hemos obtenido nos otorgan el derecho a que seamos respetados y a que la comunidad internacional conozca la verdad de lo que está ocurriendo.
La trillada teoría del enemigo externo que vienen utilizando solo busca evitar la celebración en condiciones de normalidad de las elecciones parlamentarias del próximo mes de diciembre, y si es necesario suspenderlas frente al temor valido de perderlas.  Así lo viene sosteniendo la oposición al régimen de Maduro que necesita la solidaridad internacional para que no ocurra y para que el proceso electoral se adelante con garantías y presencia internacional.
El Gobierno  tiene la obligación constitucional y moral de defender la soberanía nacional y hacer respetar los derechos humanos de nuestros compatriotas. No es ético ni cierto aceptar que somos un país de contrabandistas, de paramilitares y narcotraficantes y andar por el mundo de manera solapada propagando ese improperio.
La frontera se criminalizó por la inacción del Gobierno, el contrabando y el narcotráfico ya se sabe a quién beneficia.
La responsabilidad de la diplomacia es muy grande para encontrar  las soluciones, y pasa porque el diálogo que se ha abierto sea franco y trasparente y se suspendan los abusos que se han cometido por la orden calculada del gobernante venezolano.
Es importante actuar antes de que sea demasiado tarde. Colombia más que nunca demanda de la solidaridad regional para superar un grave problema que puede llegar a afectar la paz y la seguridad regional, y por supuesto, para que quede en claro que la verdadera razón es continuar debilitando la democracia venezolana con la intimidación y el miedo como ha quedado en evidencia con la injusta condena a Leopoldo López, líder de la oposición, por un delito que nunca cometió. En un país donde la democracia impera la regla de oro son las libertades, el respeto por los derechos humanos y la libre expresión.