Víctor G. Ricardo | El Nuevo Siglo
Miércoles, 8 de Julio de 2015

“De las crisis surgen las oportunidades”

GRAN RESPONSABILIDAD

¿Qué acaba procesos de paz?

 

LA  gran responsabilidad que tienen quienes lideran un proceso de terminación de un conflicto armado es la de analizar si como sustento del proceso existe una verdadera decisión de terminar el conflicto y darle una salida política a la violencia. Esa decisión, de naturaleza eminentemente política, es la que permite sentarse a dialogar y encontrar una salida al conflicto. Pero cuando esa decisión se da sin tener como condición previa un cese el fuego, se introducen al proceso una serie de elementos que pueden afectar esa voluntad de buscar alternativas para acabar el conflicto.

En efecto, cuando no se tiene un acuerdo previo de cese el fuego se asume el riesgo de que en medio de las negociaciones se den hechos que atenten contra el ambiente de paz que la opinión publica espera se dé en medio de las negociaciones. Claro está que ese modelo garantiza que las fuerzas del Estado prosigan su tarea de combatir a quienes están alzados en armas en contra del Estado, pero el gran inconveniente que se tiene es que los atentados, todos repudiables contra  miembros o sedes de las Fuerzas Armadas, de la infraestructura, de la riqueza ecológica o de la ciudadanía, comienzan a generar en la opinión pública preguntas alrededor de la verdadera voluntad que hay, que como hemos dicho es el sustento esencial de cualquier negociación. Estos atentados destruyen la confianza de la opinión pública en el proceso y es allí donde los índices de popularidad comienzan a poner en riesgo los procesos, pues cuando un gobernante se ve lesionado en su imagen por la falta de resultados finales del proceso, comienzan a  sonar voces pidiendo que éste se acabe y por supuesto los enemigos de la salida política activan sus críticas, todo lo cual se potencializa cuando las guerrillas no ayudan a crear el ambiente adecuado y tampoco se ven desarrollados los acuerdos. En estas situaciones, lo mejor es replantear el modelo de negociación y buscar que los diálogos avancen con prontitud y se logren acuerdos que callen los fusiles y construyan la paz.

Soy un convencido de que de las crisis surgen las oportunidades, y esta es la oportunidad de demostrar que Colombia no puede  seguir en el conflicto y que llegó la hora de lograr un acuerdo en el marco de la verdad, la justicia y la reparación, para ingresar en la nueva etapa de construir la paz económica y social para Colombia.