LA ORGANIZACIÓN para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló en su más reciente informe ‘Panorama de la Educación 2024’, que Colombia es el país con la mayor tasa de repitencia en los grados de primaria y el tercero en la básica secundaria (grados de sexto a noveno) entre los países miembros de la Organización.
Bajo esa premisa, EL NUEVO SIGLO consultó con expertos de seis universidades las causas y desafíos en torno a esta realidad para los estudiantes del país.
Irma Molina, directora del área de Innovación Pedagógica y Liderazgo en la Educación de la Universidad Sergio Arboleda explicó que las principales causas de repetición en básica primaria y la primera etapa de secundaria, están relacionadas con la inadecuada motivación para atraer a los estudiantes, la ausencia de metodologías activas, y la falta de un seguimiento estudiantil que analice las debilidades y fortalezas de los alumnos.
“También influyen la metodología de los docentes que, en algunos casos, se basa en repetir contenidos que tienen poca aplicabilidad; modelos que no tienen presente la inclusión escolar, pues no todos aprenden de la misma manera y, por último, una evaluación que se centra más en los resultados teóricos que en la aplicación de contenidos en contextos específicos, entre otros”, aseguró.
A su turno, Alejandra Aldana, profesora de la Escuela de Estudios Transversales de la Universidad Central señaló que la repetición escolar ha sido un fenómeno que ha ido en aumento año tras año.
“Tenemos factores socioeconómicos como la desigualdad y el acceso limitado a los recursos educativos que tienen muchos estudiantes, sobre todo en las áreas rurales y de la periferia. También está el nivel de educación que tienen los padres que no estudiaron porque se dedicaron al trabajo y muy probablemente este fenómeno se vaya a repetir en sus hijos. Entre los factores culturales está la migración interna y el desplazamiento forzado por la violencia. Por último, están los factores pedagógicos en lo que respecta a la calidad de la enseñanza que se da en muchos colegios”, explicó.
Por su parte, Rafael Méndez, decano de la Escuela de Ingeniería, Ciencia y Tecnología de la Universidad del Rosario indicó que “en este panorama incide la necesidad de trabajar o de ayudar en actividades económicas para apoyar a sus familias, ante la desnutrición, porque los niños con problemas de desnutrición suelen tener un desarrollo cognitivo mucho más lento, falta de acceso a servicios de salud, falta de elementos de enseñanza como libros, acceso a internet, tecnología y recursos pedagógicos de calidad”.
“Otro factor tiene que ver con el multiculturalismo. En regiones con alta presencia de comunidades indígenas y afrocolombianas, las diferencias lingüísticas y culturales también impactan el aprendizaje. Algunos factores institucionales son la infraestructura educativa desigual y unas políticas educativas muy rígidas”, afirmó.
Bajos niveles de formación
Gloria Bernal, directora del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana señaló que una de las principales causas corresponde a la migración tanto de personas que vienen del exterior como de la migración interna.
“Estas familias están pensando primero en solucionar otro tipo de problemas como el asentamiento y la alimentación, por lo que el tema del colegio no se convierte en algo prioritario. Eso hace que haya estudiantes que por edad deberían estar en ciertos niveles y cuando entran a esos niveles no tienen las bases entonces, deben repetir el año” dijo Bernal.
Del mismo modo, resaltó que “en secundaria la repetición también es alta, menos que en primaria porque en secundaria ya han desertado un gran número de estudiantes y no se están reportando en las pruebas PISA. Entonces, aunque la tasa sea menor no necesariamente nos debe alegrar, sino que por el contrario puede ser motivo de preocupación porque se debe a que son estudiantes que han salido del sistema educativo”, advirtió.
A su turno, Víctor Gómez, profesor pensionado de Sociología de la Educación de la Universidad Nacional afirmó que la repetición escolar se debe a malos docentes, pobreza familiar (mínimo capital cultural, intelectual y lingüístico), malas condiciones de infraestructura y dotación, carencia de motivación por el aprendizaje, carencia y pobreza de material didáctico.
“La mayoría de docentes públicos en áreas rurales, semiurbanas y en zonas urbanas pobres son docentes con mala formación para la docencia y además también con bajos niveles de capital cultural, intelectual y lingüístico. Muchos docentes de primaria y primeros años de secundaria en áreas rurales y semiurbanas son jóvenes egresados de Escuelas Normales ubicadas en esas áreas. Son jóvenes sin capital cultural, la mayoría no son bilingües, los han formado en métodos de enseñanza sin conocer ni dominar a fondo las materias. Nadie puede enseñar lo que no sabe en profundidad, mucho menos ahora cuando todos los conocimientos cambian continuamente por el avance de la ciencia y la tecnología”, manifestó.
Finalmente, el equipo de docentes de la licenciatura en Educación Básica Primaria del Politécnico Grancolombiano manifestó que, dentro de los análisis internacionales de educación, de acuerdo con los datos de ERCE 2019, las condiciones sociales, económicas y culturales en las que se desenvuelven los estudiantes de Colombia tienen una asociación significativa sobre sus logros de aprendizaje.
“Según el Ministerio de Educación Nacional, las causas de la deserción escolar pueden ser variadas y complejas, entre las cuales se encuentran atomización en la oferta (instituciones que no ofrecen el ciclo completo), que obliga a los niños a cambiar de institución al término de cada ciclo escolar y a tener que adaptarse a modelos educativos diferentes, lo que dificulta su tránsito a lo largo del sistema; las dificultades socioeconómicas; la falta de motivación de los niños para permanecer en las instituciones al no encontrar intereses afines entre lo que reciben y lo que esperan en cuanto a contenidos y a su propio contexto. Cabe señalar el conflicto armado, la corrupción que impide dar cumplimiento cabal a los propósitos diseñados en las políticas públicas, sin contar con las altas tasas de desnutrición que padece nuestra infancia en los territorios de la Colombia profunda”, sostuvieron.
Los analistas consultados coincidieron en que la familia y las comunidades juegan un papel clave en la problemática planteada, puesto que son los primeros responsables en la formación de sus hijos, además de conocer a detalle las emociones de sus hijos, sus estados ánimos y desde esos aspectos, se pueden establecer pautas para trabajarlas de manera colaborativa.
También enfatizaron que es fundamental que se siga diversificando en las aulas, atendiendo al estudiante con dificultad y potenciando al que lo requiere.