Volvió el pasado domingo, nunca viene mal reírse un poco, en buena hora, este programa de opinión presentado por un buen conversador, que también escucha de manera ágil y oportuna a los entrevistados, en el cual estuvieron en igualdad de condiciones los candidatos a la alcaldía de Bogotá, Carlos Fernando Galán, Claudia López, Holman Morris y Miguel Uribe Turbay, quienes conforme avanza la campaña han pulido su discurso, profundizado en los problemas de la capital y sus soluciones, participando en espacio diferente, con renovado escenario y música novedosa de fondo, coincidiendo en que la mayor frustración es cuando uno sabe las respuestas pero las preguntas son distintas a las que había previsto, en lo cual es experto José Gabriel Ortíz.
Acertaron en que Techo fue el antiguo aeropuerto, el tranvía de mulas primer sistema de servicio público, en que la presentación de la propuesta inicial para la construcción del metro la hizo en 1942 el alcalde Carlos Sanz de Santamaría y en el canto inicial del himno de Bogotá en 1974. Los candidatos fallaron al enunciar barreras y suponer como obstáculo personal el ser mujer o joven, los electores consideran que tales condiciones significan cualidades y no defectos, difirieron en la apreciación acerca de buenos y malos alcaldes, exageraron en cuanto a la crítica a algunos burgomaestres, pero acertaron al concordar en la apreciación sobre la mala administración y la corrupción que se vivió durante el gobierno de Samuel Moreno.
Uno de los aspirantes a los próximos comicios dejó la sensación de pensar que era indeciso pero no estaba seguro de ello, nombres, comienzo y fin de calles y carreras los hicieron trastabillar, esos datos los desconocemos los habitantes de la urbe y tampoco son indicio relacionado con las actividades por desarrollar en los tres años venideros en materia de seguridad, movilidad, educación, impuestos, ordenamiento territorial, en general gobernabilidad. Resultó acertado presentar el lado humano de los candidatos en forma novedosa. Donde no hay sentido del humor hay dogma y en la actividad política muchos dirigentes adoptan actitudes rígidas e intolerantes. Desde luego, por haber visto y escuchado a los candidatos a la alcaldía alrededor de temas tratados jocosamente no conduce a tomar decisión en cuanto a por quién votar, pero contribuye a invitar a los electores a hacerlo de manera responsable. Ojalá que la mayoría atine al elegir el alcalde que tomará posesión el venidero mes de enero del 2020 porque de ello depende la vida en comunidad cada vez más compleja a pesar del avance de programas positivos en ejecución y vamos a esperar qué más se le ocurre a “Yo, José Gabriel.’’