200 años de Charles Baudelaire, el padre de la modernidad literaria | El Nuevo Siglo
El poeta parisino, nacido en 1821, sentó las bases de la poesía moderna y se convirtió en un referente para las nuevas generaciones.
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Domingo, 21 de Marzo de 2021
Redacción Cultura

Como uno de los cinco poetas malditos por su prosa, que en el siglo XIX iba en contra de todas las reglas de la estética, pero también como uno de los padres de la modernidad literaria, es considerado Charles Baudelaire, el francés que a pesar de los dos siglos de su natalicio, próximos a cumplirse, sigue siendo “un clásico, un autor que nunca va a pasar de moda”.

El aniversario de los 200 años de Baudelaire coincide con el Día Mundial de la Poesía, que se celebra este domingo, una fecha a la que se une en su conmemoración EL NUEVO SIGLO con una radiografía de la vida y obra de este pionero de las letras.

“Baudelaire es uno de los poetas más importantes no solo de la lengua francesa, sino del género universal porque sentó las bases de una modernidad literaria. Un poeta que vislumbró un mundo moderno, diferente, donde iban a ocurrir muchas cosas, desastres, pero también descubrimientos y avances y donde el arte iba a ser protagonista de todo eso y Charles lo vislumbró a lo largo de su obra no solo poética, sino en prosa”, dijo el escritor y poeta colombiano Federico Díaz Granados en entrevista con este Diario.

Una vida de excesos

El poeta parisino en su adolescencia sufrió una pérdida con la que tal vez se sumió en una vida de excesos, pues a su corta edad se enfrentó a la muerte de su padre. En su momento, Baudelaire pertenecía a una clase social alta y adicionalmente había recibido una herencia de su madre, lo que patrocinó por un tiempo sus despilfarros.

Así lo confirma el destacado escritor Pablo Montoya: “Cuando Baudelaire era un joven su padre muere. En principio fue un hombre con cierto poder y riqueza. Baudelaire recibió una herencia, pero la malgastó en ‘rumbas’, como se dice, porque el poeta era amigo de los burdeles y del opio, era un bohemio. Entonces su madre inmediatamente decidió ante la justicia interrumpir o controlar esa herencia para que no la despilfarrara completamente”.

A partir de ahí, según Montoya, Charles comienza a tener una vida un poco más estrecha. Luego empieza a planear un itinerario que lo lleva por diferentes lugares de París: exactamente “vivió en más de 40 domicilios en esta ciudad”.

Durante este tiempo ejerció la crítica literaria y escribió algunos libros que después fueron publicados. Su muerte llega a los 46 años, producto de una Sífilis que lo aquejaba desde hace tiempo atrás. “Murió en una situación de extrema pobreza”, recuerda Montoya.

Las flores del mal

Sin embargo, Baudelaire marcó un precedente en la poesía. Un logro que alcanzó solo varias décadas después de su muerte, ya que con su libro cumbre Las flores del mal causó fuertes críticas de la sociedad.

Las flores del mal es un libro muy provocador y muy renovador en el campo de la literatura y la poesía del siglo XIX. Es un libro que inmediatamente fue juzgado como indecente, como inmoral y en ese proceso Baudelaire pierde y tuvo que pagar una multa, por lo que el libro cargó sobre sí esa condena”, señaló.  

Para Federico este libro “es perfecto en sus ritmos y métricas. Pero muchos de los temas que abordó, eran de alguna forma irreverentes con una sociedad burguesa como lo era la del siglo XIX en París. Una sociedad donde estaba naciendo esta clase social, en la que el artista era de todas maneras visto con ciertos ojos de sospecha y Baudelaire de alguna forma en este libro toca tema además que no eran convencionales para la estética de esa época”.

Con frecuencia, en esos años, Baudelaire era juzgado por encontrar belleza en aspectos de la vida lúgubres o repugnantes, para algunos, como por ejemplo una carroña. “El solo hecho de que él rompiera esos paradigmas y rompiera con esa forma de entender la belleza, no era bien visto por una sociedad acostumbrada a unos patrones muy establecidos”, explicó Federico.

Pero este tipo de temas no eran su única inspiración. Su mirada también se fijaba en la naturaleza, en la poesía y el arte mismo. “Por ejemplo, una de sus obras más famosas es El Albatros, en el que compara un poema con un albatros, porque cuando vuela lo hace con imponencia, pero cuando está caminando en la tierra es torpe, entonces él asemeja el poeta a este rey de las alturas. El último verso dice ‘Sus alas de gigante le impiden caminar’”, apunta Díaz.  

Sin embargo, esta no fue la única ‘regla’ que rompió, ya que decidió ir en contra de las tradiciones de este género, inaugurando una nueva forma de hacer poesía. “Una fórmula que la lleva a su mejor expresión porque ya venía de la mano de los románticos alemanes del Siglo XVIII e inicios del XIX. Es decir, propuso un poema en prosa como escritura poética, alejándose del verso libre y rimado, de las formas poéticas tradicionales desde el soneto”, aclara Montoya.

Con esta propuesta Baudelaire publica algunos textos en revistas y periódicos, material que se recupera y se publica como El spleen de París, conformado por 50 prosas poéticas, y algunos cuentos. Allí el escritor parisino dejó una herencia en la que mezcla el mini cuento con la poesía misma o con la reflexión ensayística.

Una nueva generación

Aunque su prosa se recuperó y se reconoció en el siglo XX por poetas del surrealismo, en la actualidad es la base de las nuevas generaciones. Sin importar el tiempo que pase, su obra será un clásico y servirá como fundamento para guiar a los poetas más jóvenes.

“Estoy convencido de que cada generación debe releer a sus clásicos y hacer una interpretación. Baudelaire ya es un clásico, un autor al que hay que volver siempre para entender las bases de una modernidad literaria. A Baudelaire le debemos lo que intuyó que iba a ser el camino de la modernidad, lo cual no era fácil”, puntualizó Federico.