Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en Colombia y el mundo. Aunque son difíciles de pronosticar y responden a una variedad de factores de riesgo, nunca es tarde para adoptar hábitos que ayuden a prevenirlas y reducir su incidencia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas enfermedades son responsables del 31% de los fallecimientos a nivel mundial, sumando más de 17 millones de muertes al año y duplicando la mortalidad de todos los tipos de cáncer juntos.
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Así mismo, de acuerdo con cifras presentadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de las 242.609 muertes registradas en 2019, 38.475 correspondieron a enfermedades isquémicas del corazón, cuando se obstruyen las arterias que suministran sangre a este órgano principal, y 15.543 a enfermedades cerebrovasculares, esto sumado a otros eventos del sistema circulatorio que representaron alrededor de 4.000 defunciones adicionales.
Para empezar, es importante acudir periódicamente al médico para hacer seguimiento a indicadores como el colesterol y la presión sanguínea, con el propósito de identificar de forma temprana cualquier variación que aumente la incidencia de este tipo de padecimientos.
Según Bayer estas son otras acciones preventivas de gran eficacia, para poner en práctica en este Día Mundial del Corazón:
1. No fumar y evitar el “humo de segunda mano”
El tabaquismo es un hábito que frecuentemente se adquiere desde la juventud y está demostrada su incidencia como factor de riesgo para la aparición de accidentes cardiovasculares. El consumo de tabaco endurece las arterias y dificulta su expansión, también reduce el “colesterol bueno” (llamado colesterol HDL) y la capacidad pulmonar, lo que a su vez dificulta mantener un estilo de vida activo.
Según el Surgeon General's Report, los no fumadores enfrentan riesgos 30% mayores de presentar enfermedades cardiovasculares, al estar expuestos al humo de segunda mano en casa o en el trabajo.
2. Hacer ejercicio
Dos de los factores de riesgo más relevantes para las enfermedades cardiovasculares son la obesidad y el sedentarismo. Ambos pueden mitigarse a través de rutinas de ejercicio juiciosas y regulares.
Un estudio de la OMS publicado en The Economist, reveló que en Colombia el 60% de los habitantes no realiza ningún tipo de actividad física. Esta recomendación se debe tomar con particular seriedad.
3. Vea: es hereditario
Es importante entender que las enfermedades cardiovasculares pueden ser hereditarias. En este sentido, buscar antecedentes de problemas cardiovasculares en el árbol familiar puede ser útil para evaluar el riesgo y tomar las medidas de prevención necesarias.
Por otra parte, la construcción de hábitos saludables como el ejercicio y una adecuada alimentación es más fácil cuando se hace en familia. Si tiene hijos, enséñeles acerca de la importancia de un sistema cardiovascular sano y de los beneficios de la actividad física y la buena nutrición.
4. Dieta sana
Cuando se trata de salud cardiovascular se debe procurar implementar una dieta balanceada con particular atención a la ingesta de “colesterol malo” (llamado colesterol LDL) y de azúcar.
El colesterol LDL lleva a la formación de obstrucciones en las vías sanguíneas que aumentan el riesgo de embolia y otras enfermedades. En caso de tener el colesterol alto se recomienda que reduzca el consumo de productos altos en grasas saturadas como el cerdo, la carne de res, la mantequilla y la crema. Algunos alimentos como los cereales, frutas, verduras y nueces, además de algunos pescados como el salmón, pueden ayudarlo a mantener el colesterol controlado.
El azúcar, por su parte, aunque necesario como fuente de energía del cuerpo, aumenta el riesgo de diabetes cuando se consume en exceso, lo que representa un riesgo cardiovascular. Por esta razón, es necesario mantener el nivel de azúcar monitoreado y, en caso de que sea muy alto, reducir el consumo de productos con azúcar añadida como las gaseosas, dulces y postres.
5. Monitoree sus niveles de estrés
Según el Estudio Nacional de Salud Mental en Colombia, publicado en 2017, el 40 % de la población activa laboralmente - entre los 18 y los 65 años - ha sufrido algún trastorno psiquiátrico asociado al estrés en algún momento de su vida.
Esto no solo es un riesgo para la salud mental, sino que incrementa la incidencia de las enfermedades cardiovasculares, al aumentar la presión arterial y la secreción de hormonas que pueden obstruir las vías sanguíneas.
Por este motivo, es importante reconocer los altos niveles de estrés que se manifiestan mediante la fatiga habitual, la sudoración continua, las molestias gastrointestinales, el insomnio, los tics nerviosos o el consumo compulsivo de alimentos. En caso de presentar estos u otros síntomas a causa del estrés, aquí hay algunos consejos para manejarlo:
- Priorice y ordene sus tareas: organizarse al principio de cada día o semana le permitirá asignar tiempos a cada tarea y lo ayudará a evitar una sobrecarga de trabajo que le genere estrés adicional.
- Respire profundo y tenga paciencia: cuando el trabajo lo comience a abrumar, tómese unos minutos para respirar profundamente y tenga paciencia con aquellas variables del trabajo que no puede controlar.
- Realice ejercicios relajantes: aprenda unos cuantos ejercicios de relajación sencillos que pueda realizar en su sitio de trabajo. También puede acudir a la actividad física, con solo caminar 30 minutos al día puede reducir sus niveles de estrés.