A un mes del carnaval de Rio de Janeiro, las máscaras del astro del fútbol Neymar, del primer presidente negro de la Corte Suprema de Brasil, Joaquim Barbosa, y de los activistas de Anonymous son una verdadera fiebre.

"Nuestros héroes en Brasil este año son el juez negro Joaquim Barbosa y la estrella Neymar", dijo a la AFP Olga Valles, propietaria de La Condal, la fábrica semiartesanal de máscaras más antigua de Brasil.

Valles, una catalana de unos 50 años, precisó que el "campeón de ventas es Barbosa", el juez que condujo con mano de hierro el sonado juicio anticorrupción contra dirigentes del partido de gobierno.

"Vendimos unas 25.000 máscaras de él (Barbosa) y debemos vender 20.000 más" de las 200.000 fabricadas en total para este carnaval.

Sin embargo, "es una máscara que demanda mucho trabajo por causa de los lentes" que lleva, indicó Valles.

La de Neymar fue lanzada hace un mes y tiene dos versiones: "una máscara con cabello que permite hacer el peinado de mohicano y otra que es toda de plástico más simple".

"En Brasil, si una persona es amada, admirada, la gente quiere ser como ella, aunque sea por un cuarto de hora con la máscara. Es por eso que trato de hacerlas con la mayor precisión posible".

"En Europa, la máscara es usada más para criticar, para burlarse", añadió la empresaria.

La máscara de Anonymous, el grupo de piratas informáticos que actúan en defensa de la libertad de expresión, también es muy popular en Brasil, dice Valles, pero su principal público está en Europa.

"Yo sólo exporto unos 10.000 euros en máscaras", la mayoría de Anonymous, aunque las ventas han venido cayendo por causa de la crisis", apuntó.

En La Condal, Valles trabaja en el prototipo de máscara de la mascota del Mundial de fútbol de 2014, Fuleco, un tipo de armadillo 100% brasileño en peligro de extinción que se enrolla como una bola para protegerse.

"Si queremos comercializarla nos hará falta obtener la autorización de quienes detentan los derechos", reparó Valles.

En los últimos años, las máscaras de personajes famosos --como Bin Laden, George W. Bush, Lula en 2003; y Saddam Hussein en 2004-- se venden mejor que las de payasos, diablos u hombres lobo.

La Condal, fundada en 1958 por Arman do Valles, fabrica una media anual de 300.000 máscaras. El propietario de origen catalán murió en 2007 y su esposa Olga lo relevó en la dirección de esta compañía en que trabajan 15 artesanos.