Beto Jamaica, la historia del único Rey vallenato ‘cachaco’ | El Nuevo Siglo
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Lunes, 4 de Mayo de 2020
Agencia Anadolu

El primer acordeonero bogotano ganador del Festival de la Leyenda Vallenata estrena “Rey de mi folclor vallenato y cumbia colombiana”, la producción que recorre 30 años de su carrera

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ALBERTO “BETO” Jamaica aún recuerda el día en que murió. Estaba empañetando la parte de atrás de una casa y al pararse sobre una tabla podrida se cayó del andamio de tres pisos de altura. Sintió un ‘corrientazo’ y flotó sobre su cuerpo. Recuerda haber visto a Dios, a quien le rogó que lo dejara volver.

“De tanto rogarle, él me dijo que volviera pero que me portara bien. Apenas lo dijo me desperté”. De milagro no se rompió ningún hueso y duró 15 días sin poder trabajar, pero lo que más le dolía era que no podía tocar el acordeón.

Descubriendo el vallenato

Beto conoció el vallenato cuando vivía con sus siete hermanos y sus papás en el barrio Bochica Central de Bogotá. Sintonizaba en una radio de transistores los pocos programas que había en la radio, pues este ritmo, considerado emblema del folclor colombiano, aún no se escuchaba en la Capital del país. Ahí empezó a conocer a los grandes del vallenato: ‘Colacho’ Mendoza, Alejo Durán, Israel Romero, Juancho Rois, Alvarito López, Luis Enrique Martínez, entre otros.

Decidió crear su propio grupo de vallenato junto a Wilson Ibarra, un vecino al que también le gustaba esta música y tenía un acordeón de teclado. Iban juntos a tabernas a oír tocar desde la calle, pues no podían entrar por ser menores de edad.

Un día decidieron escaparse de la casa e irse en bus hasta La Guajira, porque creían que la única manera de aprender a tocar vallenato de verdad era en la Costa Caribe. El padre de Wilson llamó a la Policía y los detuvieron antes de llegar.

A los dos meses del accidente del andamio, sufrió otro accidente en el que se cortó el dedo pulgar, con el que se maneja el botón del aire de este instrumento y entonces, decidió no volver a trabajar como albañil sino dedicarse de lleno a tocar vallenato.

En tan solo año y medio aprendió a tocar muy bien el acordeón. “No tenía el pulso, el repertorio, ni la claridad para tocar que tenían otros profesionales, pero por lo menos servía para ir a un sitio a hacer un reemplazo”. Cantaba en tiendas y entretenía a borrachos que le pedían tonadas a cambio de algún dinero. Poco a poco se fue dando a conocer entre los acordeoneros de la ciudad.

El Rey vallenato ‘cachaco’

En el 2006, luego de competir por 13 años seguidos, primero como aficionado y luego como profesional, se coronó como el 39º Rey vallenato del Festival de la Leyenda Vallenata de Valledupar. Es el único bogotano o ‘cachaco’ (como llaman en la Costa a las personas del interior) que ha logrado esta hazaña. “Casi se me sale el corazón cuando dieron el fallo. Fue muy bonita esa experiencia. Ser el primer acordeonero del interior que gana en Valledupar en la categoría máxima, fue algo muy grande para mí”.

Para él, su corona de Rey vallenato fue muy importante porque abrió muchas puertas a otros músicos del interior. El músico cree que ganó la corona porque tocó vallenato tradicional, algo que se escucha cada vez menos. Los nuevos acordeoneros están tocando un ritmo más similar al chandé, mezclado con paseo rápido, desde hace unos 10 o 15 años, el cual se impuso con canciones como “Sio Sio”, de Diomedes Díaz, o “El Parrandón”, de Rafael Orozco. De ahí en adelante la juventud siguió ese ritmo y por eso ya no hay tanta ejecución, ni los acordeoneros hacen escalas; están desarrollando un vallenato moderno.

Debido a ello, el Festival de la Leyenda Vallenata premia a aquellos intérpretes del acordeón que preserven los ritmos tradicionales del género musical. “Yo creo que mi corona fue porque Sergio Luis, el favorito para ganar, se dejó llevar por el modernismo y metió notas que al jurado no le gustaron. En cambio, yo siendo un acordeonero ‘cachaco’ toqué vallenato puro y sobre este estilo creé cosas nuevas”, señala Beto.

El nuevo disco

Con más de 30 años de carrera musical y luego de haber tocado alrededor del mundo, Beto acaba de lanzar su más reciente producción discográfica “Rey de mi folclor vallenato y cumbia colombiana”, una muestra de su versatilidad y destreza para interpretar distintos ritmos autóctonos.

En el disco están los cuatro aires básicos del vallenato con los que ganó la corona de Rey vallenato: “Luz Mila”, un paseo; “El libro”, un merengue; “Amores como acordeón”, un son, y la puya “Toca cachaco”, compuesta por José Triana para que Beto la usara en la competencia del Festival de la Leyenda Vallenata como una canción de presentación y que resume en una oración su carrera musical: “Sin hacer tanta bulla, ya es un grande del folclor”.

Beto tenía una gira planeada por EU, Canadá, España y Japón, tanto para mayo como para junio, que fue cancelada por la pandemia mundial del coronavirus. Por el momento, está en su casa encerrado en medio de la cuarentena organizando arreglos musicales que tenía grabados en casetes. Desde que tuvo el accidente en que volvió a la vida, se convirtió en un hombre muy religioso y juicioso, nada de trago, cigarrillo o drogas, ese fue el acuerdo que tuvo con Dios. En estos días habla mucho con Él para intentar comprender la razón divina de esta pandemia, pero no tiene miedo y está feliz porque sabe que si muere, será tocando música vallenata.