UN MAYOR acceso a los contenidos culturales del gran acervo que tiene la Biblioteca Luis Ángel Arango (BLAA), con una oferta variada y la ardua transformación que significó la programación planeada para el mundo virtual han sido los cambios positivos que impulsó la pandemia del Covid-19 en este importante centro cultural.
Así lo expresó Ana Roda, directora de la BLAA, quien en entrevista con EL NUEVO SIGLO habló sobre el proceso de transformación que ha vivido la Biblioteca durante la emergencia de salud y reveló los detalles de sus próximos proyectos pospandemia.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo ha enfrentado esta pandemia la Biblioteca Luis Ángel Arango?
ANA RODA: Teniendo en cuenta las dificultades que iban a tener las personas, sobre todo los estudiantes, en estos momentos y como una forma de compensación para facilitar la investigación y la lectura, la decisión que tomamos rápidamente, desde el 1 de abril, fue brindar de manera temporal asociaciones de cortesía para que las personas puedan acceder con libertad y de manera gratuita a todos nuestros recursos digitales. También creamos cursos y programas de formación virtual tanto para todos los funcionarios de la Red de Bibliotecas del Banco como para los distintos públicos. Fue toda una acción volcándonos al mundo virtual y facilitándole a los interesados no solo el acceso, sino la formación para hacer un uso de esas bases de datos.
Así mismo, lo que hicimos fue llevar la mayor parte de nuestra programación a la virtualidad. No ha sido fácil y hemos estado haciendo prueba y error, pero realmente hemos aprendido muchas cosas y hemos tenido muchas sorpresas. Un ejemplo de ello fue la exposición de las mariposas, que estaba planeada físicamente, pero que ante la situación se hicieron unos talleres relacionados con el tema y conferencias sobre polillas en redes sociales, en la que tuvimos más de 300 conectadas de todo el país y de muchos lugares del mundo, lo mismo hicimos con los clubes de lectura.
ENS: ¿Cuál es la evolución que ha tenido la BLAA en esta época de crisis?
AR: Por el lado nuestro, todos estamos haciendo teletrabajo. Es una biblioteca con 300 funcionarios, trabajando cada uno desde su casa, nos hemos tenido que reunir virtualmente, hemos mantenido las funciones de trabajo. Pero creo que el mundo cultural y sobre todo el de la información y de circulación de contenidos, que es en el que están las bibliotecas, se puede mover muy bien por las redes sociales. Es cuestión de adaptarnos, mejorar nuestras capacidades para hacerlo y en esas estamos.
Es un trabajo largo, aunque nosotros hemos reaccionado rápido, pero hay que mejorar mil cosas y somos conscientes de eso. Sabemos que buena parte del presente y del futuro de las bibliotecas tiene que ver con el mundo virtual y nos estamos preparando para ese momento, lo cual no quiere decir que nosotros vayamos a cerrar la Biblioteca o minimicemos el valor del espacio público que tienen. Estos espacios van a seguir vivos una vez volvamos abrir, pero sí creemos que la biblioteca evoluciona y se pone muy al día con esta situación.
ENS: ¿Cómo ha impactado positivamente la pandemia al sector cultural?
AR: Le ha dado muy duro la pandemia al sector cultural. Sin embargo, todos estamos haciendo lo posible por buscar otras maneras de que los contenidos circulen, que los autores tengan espacios, donde puedan ofrecer sus obras. Continuamos en la labor de fortalecer las conexiones como si se hubiera hecho una Feria del Libro presencial, buscando cuáles han sido las novedades. Estamos haciendo un esfuerzo para contribuir a que el sector cultural se mantenga vivo.
El lado bueno de todo esto es que nos hemos tenido que reinventar. De estas crisis siempre salen cosas positivas y una de ellas es que nos ponen a todos a pensar en la forma de cómo podemos hacer las cosas mejor. Es lo que está pasando con lo de nuestra programación virtual, la estamos abriendo a muchas más personas, es decir, tenemos más participación de más lugares, en el caso de las bases de datos y los recursos electrónicos, en un mes y medio ya teníamos 9.200 usuarios nuevos para nuestros servicios digitales y eso nos empieza a abrir a nosotros un mundo nuevo de un público, el cual tenemos que investigar, tenemos que saber quiénes son, cuáles son sus intereses y mantener ese público.
ENS: ¿Cree que los colombianos están leyendo más en cuarentena?
AR: Quisiera pensar que mucha gente está leyendo más y que muchos están disfrutando más de los contenidos culturales. Pero creo que es una época muy ambigua, en el sentido de que todos deberíamos disponer de más tiempo, pero todos estamos trabajando más de lo normal.
ENS: ¿A qué le apostará la Biblioteca después de la pandemia?
AR: A fortalecer muchísimo todo el mundo virtual, lo que queremos es mejorar nuestros servicios de manera diferencial, para dirigirnos a niños, jóvenes, maestros e investigadores. También, la apuesta tiene que ver con los fondos documentales la Biblioteca Luis Ángel Arango, que cuenta con más de 100 archivos de distintos políticos, escritores, personajes científicos, fotógrafos, de la vida cultural colombiana, queremos trabajar por la organización y divulgación de estos archivos porque son únicos.
Como sorpresa cuando abramos al público este año, o cuando finalmente podamos hacerlo, vamos a tener dos exposiciones híbridas. Una será “El sello de Amberes”, la cual será una exposición sobre los libros que fueron publicados en Bélgica, en la zona de los países bajos entre los siglos XVI y XVII, que llegaron aquí. Es una muestra que realizaremos con la embajada de Bélgica y con la Biblioteca Nacional. Y la segunda, que estamos pensando en el nombre, es sobre el ciclismo en Colombia para que estén todos muy preparados. Vamos a fortalecer mucho nuestro trabajo y seguir intentando ser una fundación cultural para todos, haciendo productos de calidad, para circular conocimientos, información y cultura.